Una enorme ballena quedó varada el viernes en una playa de arena blanca en la costa sur del Pacífico de Nicaragua, a pesar de los esfuerzos de decenas de turistas y residentes que se unieron para devolverla de nuevo al mar.

La ballena, estimada en 18.5 metros de largo, fue varada el viernes por la mañana en la playa Popoyo, en el municipio de Tola, a unos 111 kilómetros al sur de la capital, de acuerdo con el delegado del Ministerio de Medio Ambiente en la región, Mario Rodríguez.

Unas 300 personas desde Nicaragua y otros lugares llegaron y pasaron el día tratando de conseguir devolver la ballena de nuevo en aguas más profundas, pero se dieron por vencidos por el agotamiento con la puesta de sol.

La policía y los funcionarios de la Secretaría de Medio Ambiente viajaron al lugar para discutir las estrategias y tratar de salvar el enorme mamífero marino, que puede llegar a pesar unas 36 toneladas y seria una jorobada.

Lamentablemente a pesar de toda la unión y esfuerzo por salvarla, la ballena no pudo soportar más y terminó muriendo el sábado. Luego fue enterrada en la provincia de Rivas.

La última esperanza era que una marea alta regresara al gigante a las profundidades, pero eso no ocurrió.

La región del Pacífico frente a la costa sur de Nicaragua ve una gran cantidad de ballenas jorobadas y delfines en esta época del año.

A pesar del triste final, no se puede dejar de valorar el esfuerzo de cientos de personas que se fueron turnando durante horas tratando de salvarla y ojalá más veces los seres humanos nos uniéramos así.

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