Después de trabajar por 16 años en el control de animales, este héroe llamado Pedro Rosario renunció y gastó el dinero de su jubilación en poner un refugio para los perros y gatos abandonados y maltratados.

Hace cuatro años, que Pedro Rosario, hoy de 39 años de edad, del Bronx, en Nueva York, dejó su trabajo en un centro de control de animales porque no se sentía bien viendo demasiados los animales a los que se les aplicaba la eutanasia y decidió renunciar para sacar provecho de sus ahorros de jubilación que fueron alrededor de US$ 73.000 dólares, los cuales invirtió en una obra de amor... poner su propio refugio.

Así nació Top Dog de NYC & New Beginnings, un refugio que no mata animales, donde los perros y gatos abandonados o que no son adoptados pueden permanecer el tiempo que sea necesario, incluso si eso significa vivir ahí para siempre.

"Nos quedamos con ellos, nosotros nos encargamos de ellos", dijo Pedro a Ellen's Good News. "Recibimos los animales del control de animales, de personas en el Bronx que los encuentran vagando por las calles. Ayudo a las personas que perdieron sus viviendas, que tienen perros y gatos y ahora están viviendo en un refugio de la ciudad. Estoy ayudando a mantener a sus animales aquí, así no tienen que renunciar a sus mascotas".

Pedro Rosario, padre de tres hijos, se crió en una granja en República Dominicana y dice que su deber y compromiso con los animales proviene desde su infancia. Tan pronto como él cumplió los 18 años, comenzó a trabajar para la ASPCA, y más tarde encontró trabajo en el control de animales, donde trabajó durante 16 años.

Cuando se dio cuenta que podría hacer una diferencia más grande por su cuenta, decidió salirse de su trabajo, sacó provecho de sus ahorros, y abrió su propio refugio. Es pequeño, pero Pedro hace todo lo que puede por dar una oportunidad y algo más a los animales. El costo promedio para el funcionamiento de Top Dog de Nueva York es de US$ 7.500 a US$ 10.000 ólares por mes y gran parte proviene de donaciones.

"He tenido perros ya más de dos años porque no son ubicables, tienen problemas de conducta, pero no los voy a poner a dormir (eutanasia)", explica Pedro. "No es su culpa, somos nosotros. Los seres humanos debemos ver por ellos. Alguien debería ser capaz de ayudar y cuidarlos. Es difícil para mí ver a un animal en la calle y no ser capaz de ayudarlo".

Además de cuidar de sus rescatados, Pedro también está involucrado con las escuelas locales y con regularidad comparte tiempo con los estudiantes para enseñarles cómo cuidar a los animales, además es el anfitrión de los niños con discapacidad que van a visitarlo una vez a la semana.

Aunque Pedro está luchando para mantener sus puertas abiertas, vive el momento y recientemente recibió casi US$ 16,000 en donaciones después de que su historia recibió cobertura de las noticias locales. Él dice que, incluso durante las dificultades económicas, no puede rechazar un animal con necesidad, y señala a una perrita escuálida llamada Samantha que fue traída a su puerta, hace unos días.

Foto: Marla Diamond

"Cuando esta persona se presentó en frente del local todo se detuvo. Todo se detuvo para este perro", dice Pedro. "Puede que nosotros estemos luchando (con los problemas), pero cuando ves a este animal, todo pasa a un segundo plano. No puedo esperar a mañana, tengo que ayudar a este perro ahora".

El año pasado Pedro recibió el reconocimiento y ayuda del equipo de baseball de los Yankees de le MLB.

Usted puede hacer una donación y apoyar a Pedro en su gran misión a favor de la vida de muchos perros desamparados a través de su página web: Top Dog de NYC & New Beginnings

Por favor, comparta la historia de este gran hombre que a pesar de las dificultades y las limitaciones no se da por vencido y sigue luchando por salir adelante y ayudar a los que no tienen voz.

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