Historias por la ciudad, que hablan de la solidaridad de las personas que a pesar de no poder hacer más, hacen lo que esté a su alcance por confortar un animal en necesidad.

Tal es la historia de Emanuel, un pequeño ya de mediana edad, un tanto regordete, pero no por el exceso de comida, que dicho sea de paso, por sus dotes de simpatía no falta, sino porque padece una afección de salud compleja. El tiene Diabetes.

Sus días transcurren en uno de los café más tradicionales de Mar del Plata, La Fonte D'Oro, ubicado en la calle Peatonal San Martin y Córdoba. Allí, los parroquianos son habitué del lugar, pero el más frecuente de ellos es sin duda Emanual!

No hay día que el pequeño no esté en el lugar, afuera cuando es verano, adentro cuando el frío invierno "apreta".

Con su ponchito durante el invierno

A Emanuel lo quieren todos en la peatonal y las personas que más lo cuidan, los mozos del bar La Fonte D'Oro, improvisaron un cartelito que colgaron de su collar, para informar a las personas y evitar que su condición de salud desmejore. En el se puede ver escrito:

"Hola, soy Emanuel. Por favor no me des galletas. Soy diabético y estoy en tratamiento"

El diagnóstico y los cuidados no son exagerados, la diabetes es una enfermedad silenciosa que hace muchísimo daño al cuerpo y más, al de un animal. Son los mozos del bar los que se encargan de cuidarlo, llevarlo al veterinario para controlarlo y medicarlo y de asegurarle un buen lugar a la sombra en verano y calefaccionado en invierno.

Entre los parroquianos es tema común hablar de la raza de Emanuel, son largas las discusiones al respecto. Unos que dicen que es un ovejero mezclado con labrador, otros que es un pastor alemán un tanto "confuso"... pero lo cierto es que Emanuel es de esos perros únicos e irrepetibles, hijos de generaciones de cruzas que lo transforman en un ser ÚNICO donde su raza es lo que menos interesa!

Emanuel es cariñoso y acepta caricias de todos, como todos los animalitos de la calle que lo hacen sabiendo que dependen de la generosidad de las personas y por suerte para Emanuel, esa generosidad es la que no falta ni a los mozos del café La Fonte D'Oro, ni a los parroquianos que jamás se han quejado de su presencia en el lugar.

Emanuel, tal como Cafú ¿recuerdas a Cafú? (no dejes de ver la noticia de Cafú AQUI) son algo así como un patrimonio de cada lugar, parte de todos y demuestran que cuando las personas quieren, los animales siempre tienen un lugar entre nosotros.

Sin duda, siempre habrán personas que se quejen de la presencia de ellos, pero por suerte son las menos, apenas personas que no han comprendido el significado de la compasión, la humanidad y la convivencia en paz.

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