El viernes pasado, ante numeroso público, se concretó la liberación del ave luego de permanecer en rehabilitación durante 5 años en las instalaciones del Zoo de Buenos Aires, Los estudios sanitarios generados por el equipo técnico revelaron que recibió un disparo en el ala y una bala alojada en la cavidad del corazón, la cual, por su ubicación no podía ser retirada. Es así que la bala continuaba generando contaminación por plomo, lo que llevó a realizarle tratamientos de quelación y controles de plomo en sangre y hueso durante 5 años.

Afortunadamente los últimos estudios demostraron que ya no existe contaminación por plomo, dando la posibilidad para ser incluido en el programa de reintroducción.

Previo a que “Llujchichay” recupere su libertad y pueda volar nuevamente por los cerros catamarqueños se llevaron a cabo diversas charlas a los efectos de concientizar a la población del valor incalculable de esta especie.

La ocasión convocó a los alumnos de la escuela 245 “El Portezuelo” quienes fueron los primeros en recibir toda la información referida a la protección del cóndor andino, tales como “Rescate y re inserción del Cóndor Andino” y “Proyecto Educativo Conciencia Animal” lanzado por profesionales de la Secretaría del Ambiente de Catamarca.

Además, minutos antes de llevar a cabo esta liberación, en la cumbre del cerro Ancasti, se celebró una “Corpachada”, ceremonia ancestral y sagrada, a cargo del Profesor Mario Toro, quien coronó el retorno de Llujchichay a su ambiente natural, elevando una plegaria por la armónica convivencia con todas las formas de vida.

Del evento participó el Secretario de Estado del Ambiente, Daniel Barros, profesionales de la repartición, referentes de diferentes fundaciones y organismos, los alumnos de la escuela El Portezuelo y público en general.

Los responsables de la fundación Bioandina y personal de la Secretaria del Ambiente fueron los encargados de abrir las compuertas para que, luego de 5 años de recuperación, Llujchichay surque nuevamente el cielo catamarqueño y se sume a Belén, Wiraqocha, Tikuna y Ojllo, cóndores que ya fueron rescatados y liberados en la Provincia de Catamarca.

"Los docentes de todos los niveles tendrían que sembrar en los niños, en los jóvenes y adultos esta conciencia de recuperación y revalorización de nuestro planeta. No sigamos destruyendo nuestra casa porque pronto el fuego nos va a agarrar a nosotros también. Hay que tomar conciencia de esto además hay que preguntarse por el misterio de la vida. Hasta la vida de un simple insecto que camina hay que respetarla, es una vida. Hay que bajarse a la simpleza, ahí está el secreto de la vida. A partir de ahí podemos tomar el camino de la recuperación espiritual del ser humano".

Vía el esquiu

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