La vida es una viaje y siempre se hace más positivo y alegre, cuando se comparte con animales de compañía, aunque a veces, decisiones durísimas tengan que ser tomadas...

Siempre nos preguntaremos ¿por qué los buenos se van primero? Hay una teoría que dice que tanto humanos como animales venimos al Mundo a cumplir una misión, a hacernos mejores seres y evolucionar. De las cosas más injustas que los humanos tienen que vivir, es el hecho de convivir con la realidad de que esos animales que tanto amamos, no nos acompañarán toda nuestra vida...

La vida de los animales es demasiado breve y quizás, siguiendo esa teoría que los seres vienen a éste mundo a ser "mejores" seres... los animales ya nacen buenos, sin maldad, sin intenciones ruines, por lo que ellos vienen aquí quizás más bien, para ayudarnos a nosotros a ser mejores personas, porque es el humano que de verdad tiene que mejorar y mucho!

Y es a eso que nosotros entendemos que los animales vienen al mundo, no a "mejorar" algo, porque no se puede mejorar lo perfecto y puro, sino a ayudarnos a nosotros, los humanos imperfectos a desarrollar sentimientos que hemos perdido.

Sea cual fuere la verdad de lo que en realidad venimos a hacer aquí, la verdad es que la durísima decisión que a veces la vida nos pone delante es la de asistir a nuestros animales a ya no sufrir, a dejarlos ir cuando todo tratamiento ha sido agotado, cuando todo ha sido hecho y notoriamente nuestros pequeños están sufriendo y mantenerlos a nuestro lado es egoismo de no aceptar, más que amor por ese ser que tanto nos ha dado.

Tal es el caso de ésta historia, donde un ya abuelo gato llamado Andrew, de más de 15 años tenía un cáncer bastante agresivo en su cuerpo hacía unos 3 años. Los primeros años de la enfermedad, su familia hizo todo por él, intentó todos los tratamientos curativos posibles y la calidad de vida de Andrew se mantenía estable.

Pero el último año las cosas no fueron bien. El comenzó a manifestar dolor físico y agotamiento de pastillas, pinchasos, clínicas, dificultad para caminar, para comer y para jugar saltando en los árboles del jardín como siempre había hecho.

La familia pasó un proceso con Andrew. Al principio, como todos, no queremos creer que eso nos está sucediendo, que el tiempo quizás ya llegó y seguimos intentándolo todo porque ellos lo merecen, pero cuando Andrew ya no respondía a los tratamientos y sentía dolor a cada cosa que hacía, la terrible decisión tuvo que ser tomada.

Y fue así que su familia aceptó la dura realidad, y días atrás compartió una imagen sobrecogedora, donde describían lo que sucedía con Andrew y cómo la familia estaba devastada, haciendo ese viaje que nadie quiere hacer, el último rumbo a la clínica veterinaria...

"Estábamos todos llorando, no nos podíamos contener, Andrew es un integrante de la familia. Y en un momento aún por encima de todo lo que nos ha dado en su vida, el extendió su pata y tocó la nuestra como diciendo "todo estará bien" y allí fue que tuvimos que parar el auto porque ese gesto de él nos devastó. A que punto un ser tan pequeño es capaz de entender tanto lo que sucede y aún sabiendo, es capaz de confortar a los demás.... solo un ser de luz" comentaba su mamá humana en las redes sociales.

Agregó que "Andrew estaba mucho más fuerte que todos nosotros. Tenía 15 años y medio y era un ser amado en nuestra familia, pero su último año ha sido muy duro para él. Ronroneó todos los días de su vida, pero cuando ya dejo de hacerlo, intentaba subir al árbol que siempre lo hacía y no podía, quería comer y se ahogaba y lloraba cuando iba a hacer sus necesidades, supimos que no era justo que sufriera tanto dolor, nos rompió el corazón perder un familiar como él, pero el al apoyar su mano en la nuestra creo que nos dijo que estaba bien, que aquello necesitaba ser hecho para ayudarlo a ya no sufrir más"

Nunca tuvimos la oportunidad de conocer a Andrew en vida, pero hay algo que su historia nos deja como aprendizaje sabiendo de ésta conmovedora situación. Nuestros animales siempre querrán estar con nosotros dándonos amor a cambio prácticamente de nada porque ellos no exigen nada más que nuestra compañía e inclusive en momentos tan duros como éstos, ellos son un ángel que intenta pasarnos calma en momentos que saben estamos sufriendo, porque ellos siempre observan nuestro dolor por encima inclusive de su propio dolor.

Por eso es que los animales nacen siendo seres perfectos, porque desde su más tierna infancia, ofrecen el amor desapegado que quizás, un ser humano en toda su vida pueda ser capaz de ofrecer y dar ese amor desapegado, es quizás la evolución del espíritu más trascendental que un ser pueda anhelar.

En Seamos Más Animales NO estamos a favor de la eutanasia de animales por motivos fútiles, banales, estadísticos o de conveniencia de las personas al primer problema que aparece, pero cuando se ha intentado todo, cuando ya es más dolor el intentar algo más, cuando la situación está provocando tristeza a nuestros mejores amigos, creemos que nadie estaría dispuesto a que lo que más amamos, viva una vida con dolor solo por no querer dejarlos ir porque nos dolerá demasiado... y siempre dolerá.

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