Cuanto daño puede hacer el egoísmo humano de poseer algo aún a costas de quitarle lo más preciado a un ser que no ha hecho daño alguno más que ser un animal silvestre
Los orangutanes son seres increíbles. Ellos comparten cerca del 90% de idéntico ADN que nosotros los humanos, pueden aprender a usar lenguaje gestual, son conocidos por hacer sus propias herramientas e inclusive, por hacer hasta paraguas con hojas de la selva para evitar mojarse!
Y además de todo esto, ellos son animales altamente emocionales y empáticos que comparten lazos profundos con sus amigos y familia, pero infelizmente, a pesar de todas sus sorprendentes cualidades, éstos animales aún están siendo llevados al borde de la extinción debido a la acción humana.
En lós últimos 10 años, la población de orangutanes disminuyó 50% principalmente por causa de la deforestación provocada por la producción del aceite de palma… con el cual hacen la Nutella, principal responsable de la mayor parte de ésta devastación.
Conforme su hogar en la selva es destruido por causa de nuestros bienes de consumo, los orangutanes están siendo forzados y expuestos a tener contacto con los cazadores furtivos que frecuentemente capturan animales jóvenes y bebés para venderlos en el comercio de “mascotas” exóticas.
Utat, el orangután de la historia de hoy, es una de las tristes víctimas de éste comercio ilegal. Cuando International Animal Rescue (IAR) encontró a Utat por primera vez, el estaba viviendo como una mascota hacía 4 años… y como máximo tenía 5 años de edad, es decir… toda su vida prácticamente.
Utat era una hembra, y era mantenida entre niños y perros y alimentada con una dieta horrenda para su especie, compuesta de pescado y arroz aromatizado con glutamato mono sódico (MSG). La mayor parte de la dieta de un orangután, normalmente se compone de fruta y hojas que recogen de los árboles de la selva. También comen corteza, insectos y, muy de vez en cuando, carne, por lo que ésta alimentación monótona e insuficiente estaba haciendo estragos en su salud.
Ella sufría de pelaje escaso y su piel presentaba lastimaduras por escamas que la mala alimentación le provocaba y los rescatistas además dijeron que ella olía muy mal cuando la encontraron, queriendo decir que sus glándulas sudoríparas estaban botando fuera de su cuerpo demasiadas toxinas de su cuerpo, muchas más que un orangután que se alimenta con alimentos adecuados a su especie.
A pesar de haber sido privada de vivir libremente desde su más tierna infancia, ahora que ella estaba creciendo, sus captoras tenían el plan de colocarla en una jaula de madera para que allí viviera, tal cual un adorno, el resto de su vida…
Por más que sus captores hubieran tenido las mejores intenciones, y nunca dejaremos de decir que de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno, el hecho principal es que NADIE puede cuidar de un orangután tal cual si se tratara de un perro que por los miles de años de convivencia con el humano se ha adecuado a muchas cosas y a comer diversas cosas sin que le hagan daño. Los orangutanes necesitan de alimentos y condiciones adecuadas y específicas para prosperar, caso contrario, su cuerpo rápidamente entra en colapso.
Felizmente luego de la intervención de IAR delante de las personas que tenían a Utat, ella ahora está bajo los cuidados del santuario de IAR y recibiendo los cuidados apropiados que necesita.
IAR explico que Utat ahora está segura en su centro de rescate y que actualmente está en su período de cuarentena normal para todo animal que llega al refugio. Los veterinarios han apreciado que ella a pesar de los años privada de las cosas más básicas que un orangután hace, es muy inteligente y adora comer frutas y follajes que los voluntarios le dan, porque aún no ha aprendido como obtener el alimento por sí misma.
Su pronóstico parece positivo y ciertamente esperamos con el tiempo ella sea capaz de prosperar en compañía de sus amigos orangutanes en el santuario y que pronto pueda aprender de ellos, todo lo que no pudo aprender de su mamá cuando un cruel sujeto la secuestró de sus brazos para entregársela a otro cruel humano que fue incapaz de contener su egoísmo por poseer algo.
Los animales silvestres no deben ser mascotas, no cabe la excusa de “lo tiene bien, lo tiene alimentado, lo cuida” porque personas comunes no son especialistas en vida silvestre y los animales tienen un derecho básico y fundamental, ratificado internacionalmente que se viola cada vez que un “particular” decide que su egoísmo vale más que la libertad de un animal.
Si deseas ayudar a que IAR continúe su gran trabajo ayudando animales en necesidad, de los cuales muchos de ellos están en peligro de extinción, no dejes de apoyarlos con una pequeña donación AQUI
Ayúdanos con tu difusión y apoyo. Únete a nuestra comunidad animalista: