Todos los años, millones de animales silvestres son arrancados de sus hábitats naturales para ser comercializados en una repulsiva industria que genera un lucro de unos 20 mil millones de dólares cada año… las mascotas “exóticas”…

Este es un comercio PURAMENTE IMPULSADO POR LOS CONSUMIDORES FINALES, es decir personas comunes que con un poco de dinero tienen la percepción de que los animales son propiedades y lujos y que pueden tenerlos en casa e inclusive se convencen a sí mismos, de que cuidan mucho esos animales y mejor que con ellos no podrían estar en la selva…

Este tipo de INMORALIDAD acarrea la extinción de especies y destrucción de las familias, a su vez que destroza la psique de los animales al ser separados a tan tempranas edades de sus padres.

No es poco común encontrar historias de animales bebés que quedaron huérfanos como resultado de la actividad humana y tal es la historia de Paula…

Cuando Paula era una pequeña bebé, fue encontrada mientras intentaban escapar con ella del país dentro de una mochila de un pequeño niño, al que le habían pagado para atravesar la frontera sin levantar sospechas, para que, del otro lado, los traficantes tomaran al pequeño bebé y siguieran adelante el camino del tráfico hasta las manos de esa persona al otro lado del mundo dispuesto a pagar por su vida…

Es probable, mejor dicho, es EVIDENTE que su madre fue asesinada por los traficantes para arrancarle su bebé de los brazos y si Paula no hubiera sido rescatada en aquel momento, ella habría acabando siendo el payaso de algún excéntrico en alguna parte del mundo.

Paula fue comprada como si fuera un objeto en el comercio de animales salvajes de Camerún. Cuando fue rescatada ella era diminuta, estaba desnutrida, cubierta de pulgas y en estado de pánico.

Ella tardo pero no desistió de dar un paso cada vez para lograr recuperarse de lo que los humanos le habían hecho, paradójicamente con ayuda de otros seres humanos, muy diferentes a aquellos que le hicieron daño del la organización Ape Action Africa.

Luego de instalarse en su nueva casa en el Centro de Rescate de Mefou, Paula ya no tendrá que crecer sola.

Ella ha podido hacer nuevos amigos como Larry, un joven chimpancé que acabo siendo rechazado por su madre luego que humanos lo tocaron siendo bebé y lo dejaron lleno de “olor a gente” y los animales cuando olfatean a sus hijos con ese olor, por instinto rechazan cuando eso sucede.

Otra amiga de Paula es Daphne, un chimpancé también rescatado del tráfico de animales silvestres cuando apenas tenía 4 meses... Daphne fue rescatada de dentro de una cajá de bananas a punto de morir asfixiada mientras intentaban sacarla del país de contrabando.

Ser recién llegada en un lugar puede ser difícil, pero Paula parece estar adaptándose muy bien al lado de sus compañeros chimpancés. Gracias al Centro de Rescate Mefou de Ape Action Africa, ella ya tiene toda una familia del corazón que sin duda la ayudarán a aprender a disfrutar de la vida, como todos los chimpancés deberían.

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