El hecho ocurrió hace unos meses y solo ahora llega a su fase judicial, donde unos sujetos, no conformes con explotar animales, los torturaron sin piedad hasta morir.

El pasado 7 de enero dos jóvenes decidieron divertirse de manera atroz en la explotación abusiva de animales en una granja de cría de cerdos, que operaba en Huércal-Overa (Almería). Estaban trasladando a decenas de éstos pequeños que iban a ser destetados (abusiva y cruelmente destetados) y, fue entonces cuando las crías, que se encontraban en un pasillo, comenzaron a recibir la peor de las agresiones ya registradas en vídeo.

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Uno de ellos empezó a saltar sobre los animales mientras el otro grababa sus movimientos con el teléfono móvil, imágenes que después fueron difundidas por WhatsApp para mostrarle a sus amigos "la hazaña". Por suerte, entre los "amigos" de éstos monstruos, aún quedaban personas con un mínimo de sentido común y la denuncia fue realizada.

Murieron en total, 79 cerdos bebé aplastados y los dos monstruos se enfrentan ahora a una petición fiscal total de dos años y medio de cárcel por estos hechos.

El ministerio público acusa a ambos por los supuestos delitos de daños y maltrato animal doméstico. El autor material de la acción contra las crías sería D. A. A., de 19 años, quien está acusado por la muerte “cruenta e injustificada” de los animales. A su compañero M. R., de 22 años, se le reprocha la complicidad por no haber hecho “nada” por impedir los hechos y, además, los grabara con el móvil y posteriormente los difundiera en su red social.

Inicialmente enfrentaban una pena de 1 año y 18 meses, pero el fiscal, para evitar el cumplimiento de pena en libertad, por ser una pena menor a los 2 años, solicitó que el castigo sean 2 años y medio de reclusión por los hechos.

Los cerditos bebé apenas tenían 7 días de vida, aún así iban a ser cruelmente destetados de sus madres y aún por encima, padecer ésta tortura insondable solamente posible en la mente de un monstruo.

Los dos sujetos los estaban cambiando de habitáculo desde donde estaban sus madres, hacia el otro recinto llamado de "recría" y mientras tanto los colocaron en el pasillo y sin motivo de manera “injustificada y cruenta”, D. A. A. comenzó a saltar y abalanzarse sobre ellos, lo que provocó que 79 animales murieran por aplastamiento, señala el escrito de denuncia.

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M. R., a quien la fiscalía señala como co-responsable del traslado, no hizo nada para impedir la acción de su compañero y se dedicó a grabar la monstruosidad con su teléfono, vídeo que después fue difundido por WhatsApp a sus amigos, uno de los cuales hizo llegar el material al dueño del establecimiento que a su vez, avisó a la Policía y permitió que el SEPRONA de la Guardia Civil se presentara al lugar para localizar los autores.

La muerte de los bebés, es una monstruosidad en si misma, pero, como la justicia aún ve los animales como cosas, también se está contemplando el "daño económico", valuado en 4,740 Euros, es decir, que cada vida para la justicia vale, miserables 60 Euros...

El dueño les reclama el resarcimiento económico a sus ex funcionarios, y el Ministerio Público además, el pago de una multa de 4380 Euros. Y mientras ellos reclaman dinero, EL MUNDO pide cárcel para los responsables y un castigo ejemplarizante para tales monstruos, además de prohibición de tener cualquier tipo de animal de por vida, ni desempeñarse en ninguna profesión que tenga que ver con animales.

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