Una vez más, un perro policía muere de la peor manera por culpa de su compañero humano que no le importo su bienestar y lo dejó por horas encerrado a más de 32° por horas.
Un perro policía k9 llamado Inka murió en Georgia la semana pasada, después de que su cruel manejador lo dejó en la parte trasera de su auto patrulla con un calor terrible durante casi tres horas.
La Oficina del Sheriff del condado de Cherokee fueron llamados a la casa del teniente Daniel Peabody el pasado viernes 10 de junio después de que recibieron una llamada de que un perro policía había muerto.
Peabody dijo a los investigadores que él llegó a casa alrededor de 16:15 y dejo al perro de 4 años de edad en la parte trasera de la patrulla, con el motor apagado, mientras se ocupaba de otro perro dentro de su casa.
"Se levanta, deja el vehículo fuera, se va con su esposa que ayuda a otro perro y al parecer él simplemente se olvidó del perro, accidentalmente," dijo el Jefe de la Oficina del Condado de Cherokee, Ron Hunton a WSB-TV.
Más tarde esa noche alrededor de las 7 de la tarde, la porquería de agente recién recordó que dejó a su compañero canino encerrado en el vehículo y cuando fue a verlo, encontró a Inka ya muerto luego de una terrible agonía.
Con temperaturas que alcanzaron más de 32° C (90° F) ese día en el exterior, la temperatura en el interior de la patrulla era mucho más caliente, dijo Hunton.
Inka fue un perro que no tuvo la oportunidad de ser un perro común, porque desde cachorro fue seleccionado y obligado a trabajar para hacer lo que sus manejadores querían y a pesar de haber salvado vidas arriesgando la suya por amor a sus "compañeros" humanos, ellos lo hicieron sufrir de la peor manera antes de morir.
Los investigadores dijeron que la necropsia de Inka se ha completado en la Universidad de Georgia.
Un portavoz dijo que los cargos criminales en contra de Peabody son posibles en este caso, pero explicó que la investigación del departamento aún no está completa.
Por lo pronto, Daniel Peabody presentó su renuncia el último jueves la cual fue aceptaba inmediatamente.
No hay excusa para que un agente por su desprecio o negligencia con los animales, acabe con la vida a un ser inocente de esta aberrante manera.
No es la primera vez que los perros policías mueren abandonados dentro de un patrullero por culpa de los malos agentes, hace algunos meses ocurrió lo mismo en otro lugar siendo la muestra clara de que muchos departamentos de policía nunca valoran la vida animal y ponen como manejadores de los perros a cualquier sujeto que jamás debería de llevar el uniforme de policía y menos tener un animal a su cargo.
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