El amor que los animales tienen por sus dueños es algo increíble y el cómo ellos sufren las ausencias es algo realmente conmovedor
Hace cerca de un mes y medio, el abuelo José Montenegro, de 79 años, enfrentó una neumonía grave y debió ser internado por un período de casi 3 meses en el hospital. Estuvo a punto de morir en la unidad de salud de Sertaozinho, en el interior del Estado de Sao Paulo, Brasil.
Durante ese tiempo, su gata Sophie, de 5 años, esperó en casa por su abuelo. Por las mañanas subía en la mesa, donde todos los días miraba a su padre humano tomar el desayuno y maullaba con sentimiento por la ausencia de su abuelo.
Al darse cuenta que los días pasaban y su abuelo no volvía, ella comenzó a escaparse fuera de la casa para intentar encontrarlo, saliendo un par de horas y regresando después, más abatida que antes, frustrada por no haberlo encontrado. La nieta de José, Karina, intentaba calmar a Sophie mostrándole vídeos y fotos del abuelo, pero a ella no le importaba, quería a su humano en casa.
Apenas recupero la conciencia en la Unidad de Tratamiento Intensivo, José, antes de nada más, preguntó por Sophie llorando. Los dos no viven el uno sin el otro. Su nieta le dijo lo que estaba pasando con Sophie sobre lo triste que estaba y los escapes, y el se preocupó más aún.
Pidió por su alta, los médicos la negaron hasta que estuviera repuesto lo suficiente y luego de 90 días pudo volver a casa, donde la familia montó una unidad intensiva para cuidar al abuelo con hospitalización domiciliaria.
Apenas llegaron a casa, José preguntó por Sophie… y ella no estaba… se había escapado de nuevo y él literalmente se derrumbó…
Dos días enteros pasaron hasta que Sophie volvió a casa y fue la nieta de José quien logró traerla de regreso. Ella dice “Apenas la vi en la calle, corrí para agarrarla. Entré en el cuarto del abuelo, donde le instalamos todos los aparatos que necesita para continuar recuperándose y se la mostré”
MIRA AQUÍ SU CONMOVEDOR VÍDEO
La nieta de José, que también es protectora de animales registró el momento conmovedor en que el abuelo se reencuentra con su amada Sophie, la gatita parece no creer que su abuelo regresó y tarda unos segundos en procesar aquella felicidad y apenas entiende lo que está sucediendo, los mimos y caricias a su amado José no paran… la felicidad es desbordante!
Como el abuelo aún está muy frágil, Sophie no puede pasar todo el día con él, pero varias veces al día se reúnen para que ella pueda recibir sus caricias y el recibir tanto amor incondicional de parte de ella… y definitivamente el abuelo ha mejorado rápido gracias a la fuerza de vivir que Sophie le da… ¡ella lo necesita aquí! Y eso se volvió evidente!
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