Éste hombre, es un joven especial, el hizo algo increíble, y su historia debe recorrer el mundo, porque su actitud, fue mucho más allá del amor por los animales...
El hindú Sarwan Singh, de 28 años, tuvo una reacción rápida, al divisar un pequeño perro que se ahogaba en un canal de Punjab, en India. Sarwan no sabe nadar y tiene pánico al agua, pero no permitió que eso le impidiera hacer lo posible por salvar una vida.
El utilizó su propio turbante como una cuerda y se arriesgó a caer en el profundo canal, por salvar la vida del pequeño, pero su actitud altruista no es solamente el rescate, lo que éste rescate significó, fue mucho más allá.
"Yo estaba pasando cuando vi un grupo de personas mirando hacia el canal, Paré mi automóvil y fui a ver que sucedía. Me paralicé cuando vi que había un perrito ahogándose y nadie estaba haciendo nada por ayudarlo, solo miraban" dice Sarwan.
Rompiendo su ley religiosa al respecto de los turbantes en el pueblo hindú de los Sikhs, el muchacho se quitó el turbante en público (lo que religiosamente es una ofensa al mismo Dios y lo expone a ser denunciado y juzgado por el Gurú) y lo utilizó para el rescate del animal.
Según Sarwan, cuando los que allí estaban vieron que el se estaba quitando el turbante, comenzaron a mirarlo con repudio, porque bajo su ley, estaba ofendiendo a Dios haciendo eso, ya que el turbante en el pueblo de los Sikhs solo debe ser quitado en casa, pero para el muchacho, nada de eso importaba en ese momento. "Para mi lo importante en aquel momento era salvar la vida del animal" dice.
Con la ayuda de algunas personas (las que no eran Sikh y se alejaron repudiando su ofensa religiosa), el muchacho logró equilibrarse, agarrándose de una punta de su turbante y utilizando la otra para envolver el perro y jalarlo hacia fuera del agua.
MIRA EL VÍDEO DEL RESCATE AQUÍ A CONTINUACIÓN
En el vídeo verás muchas personas sin turbante, eso se debe a que son de otra corriente religiosa. El pueblo de los Sikh son apenas el 2% de la población en India y los pocos Sikh que habían allí, le dieron la espalda por la "ofensa" que le hizo a Dios, según ellos entendían, aunque Dios quizás se hubiera ofendido más con un hijo suyo, que dejara morir otro hijo suyo de cuatro patas sin hacer nada...
Luego de un dramático rescate, en donde Sarwan venció su miedo, se expuso a ser denunciado por ofensa religiosa y todo por salvar una vida y para él (y para nosotros) valió la pena. "Cuando logré sacarlo, estaba asustado, entonces lo llevé cerca de mi auto, lo alimenté con algunos pedazos de pan que tenía allí, me puse el turbante aunque estuviera mojado para evitar problemas, y me lo llevé a casa" finaliza.
Verdaderamente éste tipo de humano, que deja atrás sus miedos y creencias por hacer lo correcto, sin pensar en lo que dirán los demás, son esas personas de corazón puro, que tenemos que celebrar que existan y ojalá, su ejemplo sea copiado por muchos!
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