Ésta historia es importante porque en ella se puede guardar la respuesta que evita muchas muertes innecesarias. No dejes de saberla a continuación...

Ollie es realmente un perro afortunado y la familia Fates, realmente es una familia con suerte. Cuando Ollie presentó síntomas muy preocupantes, los veterinarios del Dove Lewis Animal Hospital, en Portland, Estados Unidos, no lograban entender que es lo que sucedía con Ollie.

El pequeño no podía sostenerse ni caminar, tampoco podía orinar ni defecar. El Dr. Adam Stone, de la clínica realmente estaba desconcertado. Ollie no tenía ningún antecedente clínico para manifestar semejante cuadro.

Pero sin ser algo relacionado a una enfermedad, que Ollie no tenía, podían ser una serie de cuestiones físicas externas. El Dr. Stone dice “Podía ser cualquier cosa, desde el cáncer a un golpe, la fractura de una vértebra. Cualquiera de éstas cosas podría causar un cuadro similar, pero nada de eso había sucedido”

La revisaron una y otra vez, y cuando no habían conclusiones reales de lo que le estaba causando el problema, los médicos en vista que ella ya no lograba orinar, ni defecar y pronto tendría un fallo renal grave, recomendaron inyectarla para acabar todo allí.

La familia no teniendo más opciones, accedió y Ollie estaba siendo preparada para ese terrible momento, cuando de repente un interno de la clínica notó algo.

Una garrapata incrustada en la piel detrás de la oreja izquierda de Ollie! ¿Pero que tiene que ver una simple garrapata con todo esto?

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Esa es la parte vital de éste artículo. Las garrapatas tienen en mayor o menor grado una neurotoxina en su saliva que evita a los nervios pasar impulsos nerviosos a los músculos

Se necesita mucho tiempo una garrapata “agarrada” en el perro para que pase suficiente toxina para provocar un efecto al de Ollie, pero a veces, los animales son débiles y presentan los síntomas más rápidamente, o en otros casos, el tipo de garrapata, posee una toxina más fuerte que lo común.

Apenas bastó retirar la garrapata, revisar que no hubieran otras en el cuerpo e inyectarle una antitoxina para ayudar a eliminar la que ya tenía en la sangre, que Olie empezó poco a poco a moverse de nuevo, pararse y volver a caminar.

El veterinario dijo que las parálisis por garrapatas son raras, pero existen y todo depende de cada perro y su tolerancia, por eso es importante la desparasitación externa y la correcta remoción de las garrapatas cuando son encontradas (no dejando su boca cuando se arranca su cuerpo).

Ollie tuvo muchísima suerte en el último minuto de su vida, logró salvarse y hoy compartimos ésta historia contigo para dar el alerta y que tengas en cuenta cuan peligrosas pueden ser las garrapatas para los animales y también para los humanos (sabemos que transmiten la enfermedad de Lyme), por lo que, mejor prevenir siempre.

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