Decir marfil ilegal es un pleonasmo, es decir, una redundancia porque el marfil que no está en la boca de un elefante, definitivamente es algo ilegal SIEMPRE

La guardia civil española, incautó 74 colmillos de elefante africano, amenazado de extinción en la casa de un sujeto en Madrid, que pretendía regularizar su tenencia de forma fraudulenta, vendiéndolos por unos 200,000 Euros

La cantidad incautada, con un peso total de 744 kilogramos, se trata de colmillos de elefante de la especie Ioxodonta Africana, una especie en riesgo crítico de extinción, por lo que el comercio de sus partes y derivados está prohibido en todo el mundo, salvo excepciones determinadas por las autoridades de fauna internacional.

LA INVESTIGACIÓN

La persona investigada, de la cual no fueron revelados detalles, es acusada de practicar el crimen de contrabando, falsificación de documentos relativos a la protección de flora y fauna, además de pretender legalizar los colmillos, respaldándose en una licencia de caza falsificada en Mozambique, con fecha de 1970.

LA “MERCADERÍA”

Las investigaciones comenzaron el año pasado en el mes de Marzo, cuando las fuerzas de seguridad españolas fueron alertadas de un posible fraude en el trámite de un pedido para regularizar una gran cantidad de colmillos de elefante, procedentes aparentemente de una “herencia” familiar.

MIRA AQUÍ EL VÍDEO DE LA GUARDIA CIVIL AL RESPECTO DE ÉSTA INCAUTACIÓN

NO AL MARFIL

Los 179 países que integran la Convención sobre la Conservación y el Comercio de Especies (CITES), un organismo bastante cuestionable por sus tibias acciones de los últimos años en cuanto a EFECTIVIDAD de su existencia, concordaron en regular el comercio internacional de determinadas especies de plantas y animales amenazados de extinción, así como un gran número de otras especies que podrían estar en peligro de extinguirse si su comercio no fuera reglamentado.

Lo cuestionable de ésta organización es la parte de “regular” un delito que es matar animales exóticos para comerciar con ellos. La verdadera medida que debía haber sido tomada, no debería haber sido desde un primer momento la “regulación” de una actividad tan inmoral, porque eso, equivaldría sin lugar a dudas a algo similar como “regular” el comercio internacional e estupefacientes, es decir, no se puede regular lo ilegal porque se ha vuelto difícil luchar contra ello, debe ser definitivamente prohibido y los criminales incautados con cualquier parte de un animal exótico para su comercialización, se tratado igual o peor aún que un narcotraficante, porque el daño que provocan es mucho mayor aún.

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