Fastfeet encontró un propósito para seguir viviendo, es el gran protector de Indie y su dueña no podía estar más feliz y orgullosa de sus hijos animales. Conoce la historia aquí

Cuando Joanne adoptó a Fastfeet, un perro galgo, la enfermera australiana no sabía que tendría un largo camino por delante. Él, había sido entrenado para ser explotado en carreras, pero se lastimó una pata y fue abandonado en un refugio (al menos porque los galgueros suelen matarlos cuando se lastiman). Allí, el entró en depresión, adelgazó mucho y llegó a romperse algunos dientes intentando huir del lugar.

Su adaptación al hogar de Joanne no fue fácil, pero le reservó a ambos, varias gratas sorpresas... entre ellas, el increíble lazo de amor que se formó entre Fastfeet y una gatita ciega que Joanne adoptó tiempo después llamada Indi.

Cuando Indi llegó a la casa de Joanne porque ella se había ofrecido como hogar transitorio para ella, Fastfeet ya había sido adoptado hacía 2 años y durante ese tiempo, Joanne le enseñó a convivir con otros perros y gatos que ella tenía en casa.

"El necesitaba aprender a ser simplemente un perro, no un perro de carreras" recuerda Joanne.

Pero por aquellas alturas, era Indi quien necesitaba adaptarse. Ella vivía en las calles de Sidney cuando fue encontrada con una infección tan severa que ambos ojitos debieron serle retirados.

Fue en un "descuido" que Fastfeet entró en el cuarto donde Joanne tenía resguardada la gatita mientras le daba medicación y se curaba de su operación terrible y allí... nació una amistad increíble entre ellos.

Hoy, ambos pasan el día juntos, duermen abrazados y Fastfeet encontró un "propósito"... él es el gran protector de Indie y Joanne no podía estar más feliz y orgullosa de sus hijos animales.

"Adoptar mis animales fue la mejor cosa que hice en la vida, no logro imaginarme como sería esta casa sin ellos aquí y el caso de Fastfeet e Indie, fue la coronación de todo el amor que en ésta casa sentimos por los animales"

Cuando fue el tiempo de que se leva es equipo de Indi ser por adoptó una nueva familia, Joanne sabía que el cambio sería duro para ella y que Fastfeet la echaría de menos demasiado y por eso decidió adoptarla definitivamente.

Pero el amor de Fastfeet por los gatos no se detuvo en Indi, él ha formado un vínculo con todos los gatos que hemos amparado en casa como hogar foster. "El solo quiere estar en la sala con ellos. Se sienta en la manta junto a los gatos y les hace cariño. Incluso se despereza como un gato... estoy pensando a creer que el empezó a creerse un gato ya" dice Joanne riendo.

Fasfeet es muy protector con sus "mininos" cuando las personas, posibles adoptantes vienen a la casa de Joanne para visitarlos. "Cuando cualquier persona llega a casa para conocer los gatitos en adopción, el siempre quiere formar parte de las reuniones y los olfatea de punta a punta para hacer una "inspección" completa de quien quiere llevarse uno de sus amigos"

Y continúa diciendo "Si de casualidad lo dejamos fuera cuando viene alguien, el gruñe y llorisquea tras la puerta hasta que lo dejamos pasar. Y hay algo particular con él, detecta las intenciones de las personas. Cuando la persona no es la adecuada, el simplemente se echa al lado de los gatitos y mira las personas con esa cara de "ni soñando te lo llevas" y cada persona que el ha detectado así, ha tenido problemas con las adopciones y ha devuelto los animales al refugio. Tiene una nariz privilegiada para detectar adoptantes por impulso, de esos que solo adoptan por un rato y no los quiere ni un poco!"

Joanne espera que la historia de Fastfeet inspire a más personas para darle la oportunidad a éstos animales, víctimas de las carreras de galgos y que son víctimas de una cruel industria que se extiende por los países y que en Australia es algo realmente tan serio como lo es en España, donde MILES de éstos animales son abusados y muertos cada año cuando no "sirven" para las carreras.

El abuso, la explotación y el maltrato de animales para cualquier fin humano es condenable y repudiable. El abuso que los galgos han sufrido por años es algo ya intolerable. Las leyes deben adecuarse y proteger los animales a la altura de las circunstancias. Los galgueros no son más que un grupo de inmorales que buscan hacer dinero explotando animales y por tanto, deben ser extintos.

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