Luego de 10 años de desaparecido, un pequeño finalmente encontró el camino a su hogar, en el Estado de Alabama, Estados Unidos, justo cuando su dueña había perdido todas las esperanzas de encontrar a su pequeño.

Cuando apenas tenía 1 año de edad, Charlie había desaparecido sin rastros. Era 2006 y Tracy Dove sospechó que alguien habría robado a su pequeño de su casa en la ciudad de Cullman, porque desapareció de su propio patio, sin explicaciones, sin portones abiertos… todo un misterio.

Sin embargo, la esperanza es la última que muere y fue cuando la rescatista de animales Renee Jones recibió una llamada sobre un perro abandonado en la puerta de una iglesia al sur de Alabama.

El había desaparecido con apenas 1 año de edad, no se sabe donde pasó casi toda su vida, lo que si se sabía es que hoy, tenía un tumor cancerígeno en su pecho y lo habían abandonado.

Fue evidente que el hurto sucedió, porque Charlie tenía su microchip y cualquiera que hubiera querido retornarlo a casa podría haberlo hecho en cualquier momento, pero hay personas que lejos de hacer lo que deben, hacen daño a otras.

Renee llevó al pequeño al Spring Hill Animal Clinic en Mobile para escanear el chip y supo que se trataba de Charlie

Fue escaneando su cuerpo y Renee supo que ese era el perro que Tracy había buscado durante 10 años y que hacía apenas un mes, conversando a través de una red social, le había comentado que estaba perdiendo las esperanzas de algún día volverlo a ver.

Nadie sabe exactamente que sucedió con el durante ésta década, pero lo que él si supo fue reconocer de inmediato a Tracy cuando la vio! Ella, feliz de haber encontrado a su amigo, pero triste de saberlo tan enfermo, cuidará de él hasta el fin de su vida, como ella dice “yo pedí tanto volverlo a ver, que cada día que él está aquí en casa conmigo ya es un regalo y lo cuidará hasta que sea la hora de separarnos de nuevo”

El robo de animales de compañía es un delito repugnante, no existe motivo suficiente que ampare que un ser humano cause a otro el dolor de la pérdida de un ser querido solamente porque se le “antojó” aquel animal y no otro, o bien, porque pretende robarlos para ponerlos a dar cría y cubrir hembras.

Sea cual fuere el caso, cualquier ladrón de mascotas es tan maltratador y delincuente como quien los maltrata física y psicológicamente

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