Durante muchos años, Norma y Leo escucharon a Paul Harvey en su canción "El resto de la historia" mientras comían en su humilde casa al norte de Michigan... ahora éste es el resto de la historia...

Leo, el compañero de toda una vida de Norma había enfermado y estaba muriendo. Todo el esfuerzo de ésta mujer por hacer de esos días difíciles lo más normales posibles para su esposo fueron enormes. Ella, luchaba contra la enfermedad de su marido junto a él, pero no sabía que también, ella libraría su propia batalla médica.

Todo comenzó cuando, 1 días después que Leo fue ingresado a un hospital. Ella se sometió a exámenes de rutina... al final de cuentas ésta señora tiene apenas 90 años... y estaba entablando una dura batalla por la vida de su marido y su familia también estaba preocupada por su salud. Todos se preocuparon por ella, cuando apareció sangre en su orina y la llevaron para hacerse un ultrasonido y luego otro y las malas noticias parecían estar allí. Al día siguiente que su marido entró al hospital, ella estaba recibiendo el diagnóstico más devastador. Una gran masa tumoral uterina, de carácter maligno fue detectada.

El día siguiente al fallecimiento de Leo, Norma estaba en completa tristeza por la muerte de su compañero de toda la vida y ahora, se encontraba sentada en una oficina, discutiendo con el doctor acerca de los mejores tratamientos para salvar su propia vida.

Las opciones básicas de siempre... cirugía, radiación, quimioterapia administradas según el tumor vaya respondiendo. Entonces cuando el médico acabó de explicar todo lo que podía ser hecho, le preguntó a Norma qué es lo que quería hacer.

Norma respiró hondo, tal como las abuelas hacen y dijo: "Soy una mujer de 90 años, voy a quemar carreteras!"

El joven doctor, acostumbrado a respuestas más estándar, no supo que quiso decir Norma con eso, por lo que miró al hijos de ella, Tim y su esposa Ramie y les pidió que le explicaran que había querido decir con ésto.

Su hijo y su nuera, habían tenido tiempo de hablar con Norma antes de llegar al doctor, acerca de las posibilidades de que algunas malas noticias pudieran aparecer en la consulta y que se haría. Ella se los dejó muy claro a ambos que no quería ningún tipo de tratamiento, ningún tipo de "manoseo" médico solamente por unos meses más de vida entre tubos y pastillas.

Ellos a pesar de que su decisión era dura, la apoyaron, pero ¿que seguía? No podían contemplar dejarla en un hogar de ancianos, especialmente luego de haber caminado largamente por los pasillos del Hospital para ver a su compañero morir tan pronto. Eso no estaba en las opciones. Tampoco creían que vivir sola fuera una opción posible sin Leo... ellos vivieron juntos durante 67 años de matrimonio....

Entonces, entre los tres encontraron lo mejor para ésta situación. Llevarla con ellos a recorrer los caminos que tanto le gustaba recorrer con Leo y su perro Ringo!

Si bien Leo pensó que el médico pensaría que ellos eran apenas un grupo de irresponsables por tomar ésta decisión delante de un diagnóstico de cáncer, el doctor fue revelador. El dijo "como médicos, vemos el tratamiento del cáncer de formas diferentes cada día. Sabemos que los efectos secundarios son terribles y honestamente nunca hay garantía de que el paciente sobreviva sobre todo siendo tan anciana, probablemente no tolere siquiera la anestesia. Ustedes están haciendo lo que a mi me gustaría hacer en una situación igual. Tener un viaje fantástico!"

Ringo, cuando Norma ya no esté, quedará a cargo del hijo de Norma. Por lo pronto, él acompaña dedicadamente a su abuela mamá cada día de éste emocionante viaje, el último deseo de la persona que más ama en el mundo.

Puedes seguir los pasos de Norma y Ringo en su página de Facebook AQUI

Todas éstas cosas no se aprenden en la escuela de Medicina... ni en ninguna escuela.... Solo se aprenden de personas como Norma... y verdaderamente en vez de lamentar atravesar por ésta situación, ella está aprovechando cada minuto de sus dorados 90 años, junto a su Ringo, su hijo y su nuera, disfrutando de las cosas simples de la vida que muchos de nosotros con toda la salud, siquiera vemos que nos rodean.

Aprendamos a valorar la vida, a priorizar lo importante, a dar valor a lo realmente constructivo y valoremos nuestros ancianos por sobre todo. Sus palabras no solo son sabiduría, sino que son la vida hablando.

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