Foto: Mónica Ferreirós |
Esta encantadora y ejemplar abuela vive en Galicia, España. Su obra de amor y misericordia empezó cuando hace muchos años cuando un día que iba al supermercado y vio en su camino que había un grupo de gatos muy hambrientos así que decidió darles de comer.
Desde entonces Maria del Carmen Iglesias no ha parado de alimentar a tantos gatos sin hogar como le es posible con sus escasos recursos y fuerzas.
Ella carga consigo alimento balanceado, latas de comida especial, jamón o pescado que previamente calienta en el microondas y poco a poco ha ido llegando a más lugares, siempre buscando gatos sin hogar que necesitan alimento.
La noble acción de María, ha incentivado a que dos de sus amigas hagan lo mismo y juntas están tratando de darles a varios mininos una posibilidad de alimento y cariño. Muchos de ellos a través del tiempo son fácilmente reconocidos e inclusive tienen nombres.
Lamentablemente como ocurre en muchos lugares y en especial en España donde muchos de sus habitantes han perdido el respeto por la vida animal, el trabajo de María del Carmen siempre es blanco de las críticas.
Lamentablemente como ocurre en muchos lugares y en especial en España donde muchos de sus habitantes han perdido el respeto por la vida animal, el trabajo de María del Carmen siempre es blanco de las críticas.
Pero esta gran mujer no hace caso a quienes solo saben desplegar su odio hacia los animales y sigue haciendo lo correcto, demostrando que su amor, humanidad y misericordia por los más necesitados es más fuerte.
Ella dijo a la voz de Galicia "Hay que oír tantas cosa. Yo no soy rica, para mí es un esfuerzo grande traerles comida a estos animales. Pero no voy a dejar que se mueran de hambre, ¿no? Si alguien se encargará de cuidarlos un poco (autoridades y comunidad ausente), yo ya no tendría que hacerlo, que con la pensión que tengo, me supone un sacrificio muy grande".
"Yo sé que hay vecinos que se quejan, que dicen que los gatos les ensucian las sábanas que tienen colgadas... ¿A quién se le ocurre?", finalizó.
Maria del Carmen tiene varios comederos a los que atiende constantemente. Para ella no existe descanso, dolores o frío a la hora de ayudar a sus "nietos felinos" y gracias a su obra de amor, muchos gatos sin hogar además del alimento que reciben, saben lo que es sentir un poco de amor.
Sin lugar a dudas, una ejemplar mujer que nos demuestra que no existen excusas a la hora de ayudar a un ser necesitado. No importa si tienes mucho o poco, lo importante es tener un buen corazón para compartir.
Recuerde que existen muchos perros y gatos sin hogar esperando una oportunidad de ser adoptados para darnos todo su amor.
Recuerde que existen muchos perros y gatos sin hogar esperando una oportunidad de ser adoptados para darnos todo su amor.
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