Ésta es la historia de Maxwell... un pequeño que no habría tenido oportunidad, sino fuera porque hay humanos de gran corazón. Conoce su historia en el siguiente artículo!
En el mes de setiembre se celebra el "Día Mundial del Rinoceronte" a pesar que la especie hace bastante tiempo no tiene nada que celebrar. Se estima que restan apenas unos 5,000 (cinco mil) rinocerontes negros en el mundo, un número minúsculo para un animal prehistórico que habitó el planeta en abundancia por millones de años.
Con la caza motivada por el tráfico de sus cuernos amenazando la especie, para muchos rinocerontes el mundo es un lugar bastante asustador, más aún en el caso de además de ser perseguido no puedes ver...
Foto: David Sheldrick Wildlife Trust
Foto: David Sheldrick Wildlife Trust
Maxwell se encontraba entonces en una situación muchísimo más desventajosa que el resto de sus hermanos y su vida habría sido cegada sin posibilidad alguna de ni siquiera escapar de los asesinos impiadosos.
Con 9 años de edad actualmente, Maxwell es un residente permanente del Orfanato de Elefantes del Parque Nacional de Nairobi (Kenia), pues su deficiencia visual lo deja en una desventaja severa: el no puede medir sus oponentes, o sea, es incapaz de defenderse.
EL RESCATE DE MAXWELL
La historia de Maxwell comenzó un día de Febrero del año 2007, cuando cuidadores de elefantes oyeron el sonido de un llanto en la selva del Parque de Nairobi. Los cachorros de rinoceronte emiten una mezcla poco común de ronquidos cuando están en situación de angustia, un sonido que no se podría esperar de un animal de esta naturaleza, pero estos ruidos agudos sirven para alertar a sus madres de que ellos necesitan ayuda.
Corriendo solo por la selva y aparentemente con problemas para ver, el fue monitoreado por el resto de aquel día en el parque y luego que no se encontró señal de su madre, los cuidadores entraron en acción para rescatarlo y evitar que el fuese atacado por predadores durante la noche.
A pesar de tener menos de un año de edad en aquel momento y pesar entre 40 y 60 Kg, llevar el animal para el Santuario no fue una tarea fácil, habiendo sido necesaria la ayuda de 10 cuidadores para inicialmente contenerlo y llevarlo a su nuevo hogar, cargándolo en una lona.
Maxwell ya adulto, siendo alimentado con vegetales frescos en el Santuario. Foto: David Sheldrick Wildlife Trust
En la naturaleza, cachorros de rinocerontes son completamente dependientes de sus madres para sobrevivir hasta sus 3 años de edad, lo que significó que cuidar a Maxwell involucró un cuidado intensivo total. Durante los primeros dos años que el bebé permaneció en el Santuario, los cuidadores hicieron el papel de madres e intentaron atender sus necesidades físicas y psicológicas, ofreciendo asistencia todo el tiempo, así como tranquilidad y contacto físico.
Este equipo de cuidadores dejaba sus ropas en el establo a la noche para proporcionarle un aroma familiar y reconfortante para que Maxwell no se sintiese solo y lo amamantaron con un biberón "gigante" durante horas con leche fortificada, para que el pudiese crecer fuerte y saludable.
LA DEFICIENCIA VISUAL DE MAXWELL
Las evaluaciones iniciales de los ojos de Maxwell indicaron que él tenía cataratas y luego de su rescate se esperaba que parte de su visión fuese recuperada. Infelizmente luego de una serie de cirugías, se volvió evidente que Max estaba ciego permanentemente con cataratas bilaterales y múltiples complicaciones que parecen venir de un problema genético y degenerativo.
Como la habilidad de visión es crucial para asegurar a los rinocerontes su auto defensa contra oponentes en batallas físicas por territorio, Maxwell jamás podría a la naturaleza por razones obvias y quedó bajo el cuidado permanente del Orfanato en el Parque Nacional.
Hoy, él es un rinoceronte adulto que pesa unos 1,500 Kg y su gabinete fue ampliado diversas veces para que tuviese espacio adecuado para moverse.
A pesar de ser un grandote "pre-adolescente", es extremadamente sensible y afectuoso, desde bebé Maxwell adora recibir cariños en la cabeza y en su barriga. En los días calurosos, el toma baños de barro para proteger su piel de los insectos y quemaduras solares.
A pesar que Max no pueda volver a la naturaleza, los cuidadores tratan de integrarlo a todos los animales huérfanos que que son rescatados en el Santuario y que muchos de ellos vuelven a la naturaleza una vez recuperada su salud. Solio, una hembra de rinoceronte negro que fue rescatada con apenas 6 meses de edad en 2010, fue cuidada hasta su transición de regreso a la naturaleza y ahora vive en libertad dentro del Parque.
Y para alegría de Maxwell, ella nunca lo olvidó y regresa con mucha frecuencia a visitarlo y se acostumbra verlos "confabulando" a través del portón.
A pesar del hecho de nunca haber sabido que fue lo que sucedió de hecho con la mamá de Maxwell, las tasas actuales de caza por los cuernos de rinoceronte, significan que infelizmente muchos otros rinocerontes estan creciendo (o muriendo), sin sus madres a su lado. El año pasado (2014) solo en Africa del Sur, 1,215 rinocerontes fueron asesinados y la semana pasada, veterinarios de la ONG David Sheldrick Wildlife Trust (DSWT) rescataron a un desvalido huérfano llamado Bahati, cuya madre fue asesinada a tiros por cazadores. Habiendo sobrevivido sin ella durante un año, acabó muriendo por heridas causadas por una trampa de cazadores que lo hirió.
Un rinoceronte muere cada 8 minutos pura y exclusivamente por avaricia y mercados repulsivos como lo son el de la venta de sus cuernos para fines totalmente frívolos, banales y desalmados.
Horas de trabajo, días de esfuerzo, años de lucha veterinaria por salvar un animal, que toma apenas un par de minutos y las manos insanas de desgraciados cazadores destruír.
ESTO NO ES JUSTO Y ESTO DEBE DETENERSE YA!