En comparación con sus contrapartes caninas, los gatos son mucho más exigentes en lo que comen y aparentemente pueden cambiar de opinión durante también. A continuación la explicación...

Los investigadores han descubierto que nuestras amadas mascotas felinas son muy exigentes a la hora de comer debido a la forma en receptores del sabor amargo en sus lenguas felinas responden a ciertos compuestos.

Mediante la comparación de sus receptores con los de las lenguas humanas, el estudio encontró que los gatos son extremadamente sensibles a un compuesto llamado de denatonium pero menos sensibles a plantas de aloe y sacarina.

El estudio representa el primer vistazo de cómo los gatos domésticos pueden percibir la amargura en los alimentos a nivel molecular, y podría explicar por qué los gatos son a veces tan caprichosos.

La capacidad para detectar sustancias químicas amargas se cree que han evolucionado debido a su utilidad para evitar los compuestos tóxicos que se encuentran frecuentemente en las plantas.

Todos los "gatos", desde animales domésticos a los tigres salvajes, son carnívoros que consumen poco material vegetal, pero los gatos domésticos todavía pueden encontrar sabores amargos en alimentos y medicinas.

Y muchos fabricantes de productos farmacéuticos y alimentarios están tratando de identificar compuestos que bloquear o alterar la percepción amarga, para crear productos más apetecibles.

Los equipos de AFB Internacional y Integral Molecular estudiaron el comportamiento de dos receptores del gusto amargos de gato diferentes en experimentos basados en células.

Estudiaron cómo responden ellos debían compuestos amargos y los comparo con las versiones humanas de los mismos receptores.

Esto incluyó TAS2R38 - un receptor de sabor amargo en los seres humanos que se dice para dar habilidades a algunas personas 'supertaster' que les dan una sensibilidad extrema a compuestos amargos.

Esto explica por qué algunas personas tienen fuertes aversiones al brócoli y coles de Bruselas por dar un ejemplo.

En comparación con el receptor TAS2R38 humano, la versión felina era diez veces menos sensible a un compuesto amargo PTC, y no responde en absoluto a otro compuesto amargo Prop.

El receptor de gato menos sensible a la aloína y la más sensible a denatonio que el receptor humano.

También difería de la receptor del gusto humano por ser insensibles a la sacarina, un edulcorante artificial que tiende a tener un regusto amargo en los seres humanos.

La Co-autora Nancy Rawson de AFB International, una compañía de mascotas dedicada al sabor de los alimentos, dijo: "Nos enfrentamos al reto de 'gatos' melindrosos cada día."

"Como tal, es emocionante encontrar una respuesta inesperada del receptor para compuestos amargos que nunca se ha descrito en la literatura hasta la fecha para cualquier otra especie."

"Estas ideas y descubrimientos futuros serán invaluables en la formulación de alimentos atractivos para los gatos, así como la mejora de la aceptabilidad de sus medicamentos."

El Co-autor José Rucker desde Integral Molecular, una compañía de biotecnología, ha añadido: "El sabor amargo en los felinos no ha sido bien estudiado. Aplicamos nuestra experiencia en el estudio de las proteínas de membrana, tales como los receptores del gusto, para que esta primera visión de cómo los gatos domésticos perciben la amargura en los alimentos a nivel molecular."

"Nos sorprendimos al ver que uno de los receptores del gusto de gatos respondieron a un rango más limitado de compuestos amargos en comparación con los seres humanos, lo que sugiere que los gatos pueden detectar una más estrecha, o al menos a otra persona, el repertorio de compuestos de sabor amargo."

La investigación completa se publica en la revista BMC Neuroscience.