Oso Polar encarcelado en un zoológico, mira tristemente un niño disfrazado de oso fuera y equivocadamente las noticias titulan como “ternura” algo que es pura crueldad.

Muchas veces los mal llamados “parques” zoológicos (cuando las palabras parque o jardín son demasiado positivas para lo que en realidad es un zoológico), justifican tener animales en cautiverio argumentando que esto ayuda a “educar” a los niños sobre el comportamiento natural de los animales, además de “inspirarlas” a actuar en pro de la conservación del hábitat de esos animales.

Sin embargo, a la luz de las evidencias nefastas de lo que significa la vida en zoológicos para millones de animales en el mundo, su “espíritu” tan benevolente y educativo ha sido desde siempre lisa y llanamente un encarcelamiento deliberado con el único fin de exhibir aquel animal como una cosa en un lugar que nunca será su hábitat.

Lori Marino, directora ejecutiva de Kimmela Center for Animal Advocacy (KCAA – Centro Kimmela para la defensa de los animales) dijo “No hay ninguna evidencia actual, a partir de estudios bien documentados en la literatura revisada por profesionales del área, apoyando el argumento de que exponer los animales en cautiverio sea educativo o que promueva la conservación en cualquier sentido significativo”

Es difícil convencer a los niños de que los animales son dignos de respeto humano cuando ellos están en un jardín zoológico o parque marino que los presenta como objetos a ser exhibidos para nuestra diversión.

En este tipo de ambiente, es fácil para un niño (e inclusive para un adulto) sentirse en el derecho de privar al animal de su sueño o su privacidad para que “lo entretenga”.

Un estudio reciente sobre la actitud de los visitantes de cuatro zoológicos de Estados Unidos confirmó éste hecho. Constató que el 86% de los visitantes van al zoológico “por fines sociales o de placer” mientras que apenas 6% van con el fin de aprender más sobre los animales.

Por encima de eso, el comportamiento de los animales que los niños suelen ver en un zoológico está lejos de ser “natural”. La eliminación forzada de los instintos altamente desarrollados éstos animales en cautiverio, el impedimento de migrar, encontrar sus pares, buscar su propio alimento y experimentar lazos familiares naturales muchas veces los lleva a tener comportamientos totalmente anormales y repetitivos llamados Zoocosis, o Psicosis de los Zoológicos, que es una condición mental de destrucción conductual provocada por el cautiverio.

Elefantes en cautiverio han sido frecuentemente vistos moviendo su cabeza de forma oscilante de un lado a otro, mientras otros animales han sido observados limpiándose excesivamente, vomitando, auto mutilándose o participando en ataques súbitos de agresividad.

En momentos de estrés extremo, orcas cautivas inclusive se matan unas a otras y a sus entrenadores. Éste fenómeno como te decíamos se llama Zoocosis. El uso de Valium, Prozac y otros medicamentos que alteran el humor como intentos de reducir éste comportamiento y su uso es desenfrenado en instalaciones con animales en cautiverio, aunque las autoridades lo nieguen.

Dicho esto, el zoológico ¿será un lugar bueno para que un niño aprenda sobre cómo debemos cuidar, respetar y proteger a los animales? Y la foto de portada de éste artículo es patente muestra de ello.

Es evidente que el niño vestido como oso, idolatra éstos animales y estaba sin duda entusiasmado con la posibilidad de ver un oso tan cerca de él. Por otra parte, la visión deprimente del oso preso en una piscina que jamás podrá replicar su hábitat natural (por más que los funcionarios digan que su recinto es inmenso), deja bien claro para nosotros que no es así que un niño debería conocer a su ídolo…

Si realmente queremos enseñar a nuestros hijos a respetar el planeta y a todos sus habitantes, entonces tenemos que aceptar el hecho de que las demás especies animales NO EXISTEN PARA SERVIR Y ENTRETENER A LOS HUMANOS y su razón de existir es tal como la del humano, por el simple y llano derecho a existir sin tener que cumplir con roles para merecer continuar existiendo.

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