El hombre llegó a la SPCA de East Bay con lágrimas en los ojos, bastante desalineado pero determinado a buscar una vida mejor para su amada Sheba.
El amor verdadero es aquel amor que no retiene, es el amor desapegado que busca que el ser amado sea feliz aún si su felicidad no es junto a nosotros. Tratándose de nuestros animales de compañía, sabemos que ellos estarían dispuestos inclusive a morir con nosotros… inclusive a morir de hambre a nuestro lado, padecer frío, calor, todo tipo de inclemencias y maltrato, sobre todo cuando nuestra situación de vida es la más desventajosa que existe… estar en situación de calle, sin un hogar donde guarecernos y cada día luchando por obtener algo para comer…
Es en ese caso que, quien verdaderamente ama tiene que poner en la balanza todo ese amor que siente y pensar en no castigar esa pequeña o pequeñas vidas a nuestro lado que de una forma u otra, se encuentran pagando junto a nosotros, por nuestros errores como seres humanos que nos pusieron en esa situación tan crítica de vida, expuestos a tantos peligros.
Tal es el caso de éste hombre sin hogar que llegó a la SPCA de East Bay montado en su vieja bicicleta, desalineado, con los ojos inflamados y con lágrimas cayendo de ellos que se acercó al refugio y tras él, cojeando surgió aquel ser llamado Sheba.
“Ella cojeaba y parecía que sentía dolor, pero es tan buena, tan luminosa y llena de ganas de vivir, que jamás lo demostró. El hombre por su parte estaba devastado, él sabía que llegaba a nosotros a dejar lo que más amaba, luego de un largo camino de buscar y no encontrar. Su Sheba ya tenía en el cuerpo las marcas de la dura vida en la calle, había participado en una pelea de perros callejera cuando unos perros llegaron al lugar que ambos tenían por “hogar” en un parque y Sheba defendió lo que era su territorio, aunque temporal… Por no tener un hogar verdadero donde vivir y a pesar del dolor, el hombre luego de esa pelea y de sentir el peligro que Sheba corría junto a él en las calles, llegó a nosotros para pedirnos por favor que ayudáramos a Sheba”
El hombre había vendado como pudo la pata de la pequeña, pero el vendaje estaba muy húmedo porque la herida se estaba infectando y su pierna se estaba inflamando rápidamente.
El hombre les dijo que apenas tenía para comer ese día y que no tenía con que pagar la atención médica de Sheba, pero la SPCA de East Bay le ofreció llevarla dentro y ayudarla sin costo para él, pero que él no necesitaba renunciar a ella.
El hombre se arrodilló frente a Sheba, besó su cabeza, le dijo “no tienes idea cuánto te amo… esto es lo mejor que puedo hacer por ti en éste momento, tú te mereces una vida, no pagar por mis errores” miró al personal del refugio y les dijo “jamás podría perdonarme si algo más le llegar a pasar por tener que vivir así conmigo, ella se merece todo y yo no tengo ni siquiera un lugar donde dormir hoy. No es justo para Sheba vivir así… de hecho, lo que yo puedo darle no es ni siquiera una vida” subió a su vieja bicicleta y se fue llorando.
Y se fue el comienzo de la jornada de Sheba. Los veterinarios la llevaron dentro de urgencia, retiraron el vendaje, la herida estaba muy mal. El hueso estaba roto en 2 partes y había ya una infección activa importante en los tejidos. Los veterinarios considerando la situación, vieron que lo mejor antes que se desarrollara una septicemia, sería amputar la pata y trabajar en el resto de su salud de manera integral. Y así lo hicieron! 1 semana luego de la cirugía, Sheba estaba ya caminando por el refugio, practicando caminar sobre sus tres patas y esperando lo que todos por allí esperan… un hogar.
MIRA AQUÍ EL VÍDEO CON SU HISTORIA Y MÁS DETALLES
Su historia tocó tan profundo la comunidad, que no tardó en aparecer la familia que adoptó la pequeña y realmente es una felicidad poderla ver disfrutar de todas las cosas que un perro disfruta quizás por primera vez en su vida. Jugar, correr en la playa, pasear…
Su adoptante dice riendo “ella no tiene absolutamente ninguna urbanidad para manejarse en la casa, es atropellada, sube a las mesas buscando comida, corre, todo el tiempo corre, pero es una perra adorable de unos amplios y profundos ojos café que amamos profundamente”
Nosotros aquí en Seamos Más Animales, nos alegramos mucho por el final feliz de la historia de Sheba y encomendamos nuestros mejores deseos para que ese hombre, del que no sabemos su nombre, pero si su enorme capacidad de amor desapegado a favor de la vida de un ser que amaba, pueda encauzar su vida, tener un hogar, comida y también poder vivir como merece… en si, que la vida le devuelva algo del enorme gesto de desapego que ha tenido resignando sus propios deseos, pero dándole la posibilidad a su Sheba de encontrar al fin el hogar que la protegiera y que él no podía darle.
Hubieron algunas decisiones inesperadas y desgarradoras por el camino, pero Sheba (ahora bautizada como Gracie) no estaba dispuesta a dejar que los contratiempos de la vida la frenaran en sus ganas de vivir… aunque sabemos que en su corazón, extrañará sin duda aquel ser humano que un día eligió por ella y no por él.
El abandono es un hecho reprobable, pero consideramos que en éste caso, el hombre tomó la mejor decisión, antes que el egoísmo de querer mantener a Sheba con él, definitivamente la habría matado en pocos días o la continuaría exponiendo a diario a situaciones de peligro. Pero otros casos, donde personas simplemente abandonan por cualquier excusa insostenible, siempre serán Abandono y por lo tanto, un hecho condenable.
El abandono es un hecho reprobable, pero consideramos que en éste caso, el hombre tomó la mejor decisión, antes que el egoísmo de querer mantener a Sheba con él, definitivamente la habría matado en pocos días o la continuaría exponiendo a diario a situaciones de peligro. Pero otros casos, donde personas simplemente abandonan por cualquier excusa insostenible, siempre serán Abandono y por lo tanto, un hecho condenable.
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