El fuego comenzó en el garaje de la casa, probablemente con una herramienta que se dejó conectada a la electricidad.

A partir de ese momento, el fuego se extendió vorazmente por toda la casa, tomando la parte superior del garaje y saltando al segundo piso de la casa de inmediato.

Randy Bova, un joven de 27 años estaba limpiando su cuarto y escuchando música, no tenía idea de que la casa ardía a su alrededor.

“Creo que habríamos perdido a mi hermano debido a la velocidad en la que el fuego se propagó” dijo Robert el hermano de Randy, con la voz quebrada de emoción al contar la historia de quien salvó a su hermano…

La madre de Randy junto a su otro hijo Robert no estaban en casa en el momento del incendio, pero Randy no estaba solo el pasado sábado por la tarde… el se alertó con un ladrido repentino, frenético en su puerta. Era el perro de la familia, Bailey

Cuando Randy abrió la puerta, en medio de las gruesas columnas de humo, Bailey estaba ladrando estridentemente como advertencia.

Randy logró recoger a su perro aterrado y llegar a la planta baja a través de una pared de humo mortal. Finalmente, él y Bailey, se pusieron de pie en el patio trasero, viendo como la casa se desvanecía entre las llamas de un infierno.

“Cuando salimos por la puerta trasera y nos volvimos a mirar la casa, estaba envuelta totalmente en llamas” dice Randy.

La familia de Guilford, Connecticut perdió todo lo material en ésta catástrofe, excepto por supuesto, lo más importante… sus miembros y el miembro más pequeño, pero el más enorme y héroe de la casa a partir de ahora, Bailey!

“El es el perro perfecto. Desde el día que llegó a casa hace 4 años, siempre ha sido protector de la familia” dice Robert

“Él lo es todo para nosotros. Me trajo a mi hermano y a mi madre más cerca de mí como una familia. Una vez que nos dimos cuenta que el era el eje central de la relación de nuestra familia” dijo Randy

La semana pasada cuando todo sucedió, Bailey no iba a permitir que su familia, se rompiera para siempre y que sus seres queridos sufrieran, por eso se lanzó por las escaleras corriendo entre llamas para alertar a su hermano mayor Randy.

Robert y Randy crecieron en ésta casa y ahora está reducida a escombros. Solo quedaron los recuerdos de la infancia en la casa y mientras tanto, la familia debe vivir en un hotel.

“Todos nosotros aun no entendemos que fue lo que sucedió, pero estamos juntos. Es algo como un sentimiento que viene en oleadas. La primera vez que llegué al hotel, cerré la puerta y me puse a llorar solo pensando en que no tendríamos donde vivir”

Inclusive Bailey siente el peso de ésta pérdida. “Lo vamos a superar juntos. Todo fue muy intenso. Cuando nos sentamos en el patio trasero y estábamos los dos vivos… fue algo fuerte” dice Randy.

La familia lo perdió todo. Si deseas ayudarlos aunque sea con lo mínimo, no dejes de colaborar en su campaña de GoFundMe AQUI

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