Una pequeña perrita, llama la atención de los vecinos de un pueblito del interior, ella siempre acompaña velorios, entierros y misas con una devoción envidiable para muchos fieles...
Una perrita, llamada Menina, que vive en la ciudad de Tanquinho, región metropolitana de Feira de Santana, a unos 100 kilómetros de la capital del estado de Bahía, en Brasil, llama la atención de los vecinos, al frecuentar misas, velorios, entierros y peregrinaciones de la iglesia, valga decir religiosamente sin perder uno.
Cuando ella escucha la campana tocar, en apenas unos instantes, ella ya está en la puerta de la iglesia de Tanquinho, pero nadie sabe como ella es capaz de saber cuando hay un velorio donde la campana no toca... pero allí aparece ella sin falta. Hace 3 años que el mismo ritual se repita una y otra vez y en todo éste tiempo, no se ha perdido ni 1 sola misa (envidia de muchos fieles valga decir). El único día que ella no fue, todos se preocuparon y salieron luego del culto a buscarla por las calles y solo no había podido llegar a la misa, porque se había quedado encerrada en un patio con la puerta cerrada.
Menina vive en la casa de todos y en la de nadie en Tanquinho. El Padre Edmundo Almeida que quiere mucho a Menina dice “Todas las misas, todas las procesiones, entierros, misas y misas de cuerpo presente, ella siempre está allí. Cuando la campana suena para las misas allí está ella y participa de toda la ceremonia”
Según cuentan los vecinos, el dueño de Menina, era un viajante, que pasaba bastante tiempo fuera de casa y en uno de esos viajes, la demora fue tanta, que cuando el regresó, Menina ya no estaba en la casa. Luego de eso, ella comenzó a quedarse en la casa de una u otra persona y misteriosamente hace 3 años, empezó a no perderse un solo momento de la Parroquia local.
Durante la misa de cuerpo presente, ella se sienta y acompaña los familiares y cuando acaba, ella acompaña los deudos en la parte delantera del cortejo hasta el cementerio. “Jamás ladró en esos momentos, ella sabe lo que ahí sucede” cuenta una vecina.
Otra vecina tiene una historia aún más especial. Dice que cuando su cuñada falleció, Menina hizo lo de siempre, acompañó la misa y el cortejo hasta el cementerio y luego, de la nada se apareció en la casa de la mujer que había fallecido y se quedó un buen rato recostada en la cocina, cuando según ésta vecina, Menina no tenía costumbre alguno de ir a la casa de su cuñada.
Menina puede ser encontrada siempre, debajo de los bancos de la iglesia, en el mismo lugar, PRIMERA FILA, aunque a veces cuando hace mucho calor, se recuesta en un rinconcito más fresco dentro.
Un vecino cuenta, uno de los pocos días que Menina ladró dentro de la Iglesia “Una vez en semana santa, nosotros hicimos una representación de la pasión de Cristo y en un momento yo me puse justo en el lugar que es de ella durante la misa, ella llegó me miró y empezó a ladrarme y solo paró, cuando yo me retiré de allí y ella tomó su lugar”
Menina es tan fiel a la iglesia que hasta le ha regalado ropa a medida para ella. La vecina que confeccionó sus prendas dice “Con la costumbre que ella tiene de venir a la iglesia, yo creí que debía hacerle unas ropitas para que ella siempre esté bien arreglada”
Y cuando no hay mucho más que hacer dentro de la iglesia, Menina tiene muchos amigos para jugar con la botella de plástico, con la que no se cansa de jugar nunca.
MIRA AQUÍ SU HERMOSO VÍDEO!
Menina es una perrita comunitaria, como lo es Adelaide, la perrita que el sacerdote de otra iglesia dijo que “era apestosa” y sugirió que la eutanasiaran porque distraía a los fieles de su culto. Podrás ver su historia AQUÍ, pero a diferencia de éste lamentable caso, Menina es muy querida por el sacerdote de ésta parroquia y no tiene ningún problema con ella en la iglesia porque entiende que ella forma parte de la creación y así la respeta.
Por eso, jamás podemos generalizar. Existen ciertos sujetos, introducidos dentro de ciertos colectivos que actúan de forma deplorable y otros que actúan de forma ejemplar. No podemos condenar a todos, por los actos repudiables de unos pocos y en el caso de sacerdotes, no podemos castigar a todos, por las conductas fuera de la religión y reñidas con valores morales adecuados para una sociedad evolucionada, que unos pocos tienen.
El mismo pensamiento vale para cuando vemos personas de cierta nacionalidad de países donde su suceden cosas muy malas para los animales, pero pensemos que en esos países, también hay gente que lucha para que las cosas cambien, que al final de cuentas, es la parte que hay que rescatar y valorizar, independiente de religión, raza, etc.
El mismo pensamiento vale para cuando vemos personas de cierta nacionalidad de países donde su suceden cosas muy malas para los animales, pero pensemos que en esos países, también hay gente que lucha para que las cosas cambien, que al final de cuentas, es la parte que hay que rescatar y valorizar, independiente de religión, raza, etc.
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