Hay personas que realmente parecen ángeles caídos del cielo, porque guardan en el corazón tanto amor para dar, que abruma. Conoce a Ambar!

Ambar no sabía el nombre de la persona que recibió su riñón, y la donación no fue una decisión fácil en absoluto. Ambar Hollier es una madre soltera y le preocupaba pensar si algún día su propia hija pudiera necesitar un riñón, ella tan solo tendría uno… pero eso no la detuvo.

Una noticia sobre un padre, vecino de la ciudad, padre de 6 hijos con insuficiencia renal grave, cn riesgo de morir, la movió profundamente. Él necesitaba desesperadamente un trasplante y ella sentía que necesitaba ayudarlo. Ambar le dio su riñón izquierdo, en una actitud de amor al prójimo increíble, a su vecino Tassin, el pasado 18 de Abril.

Luego, ella tenía para enfrentar un mes completo de recuperación en casa y ella se imaginó no haciendo nada y la verdad que la idea no le agradó mucho. Ella pensó que aún en ese tiempo, ella podría ser útil en algún sentido, por lo que se ofreció en el refugio local, para cuidar un par de gatitos en régimen de “madre foster” para darle la alimentación a biberón que ambos necesitaban cada pocas horas.

Los gatitos tenían 2 semanas de edad cuando llegaron a los brazos de Ambar, apenas 5 días después de la operación.

“El horario de su biberón coincide casi que totalmente con el horario de mis medicamentos. Si lo piensas, mi riñón no salvó solo 1 vida, sino 3!” dice

A ella siempre le han gustado los animales, creció en una granja en Louisiana. Se alistó en la marina cuando tenía 19 años y estaba destacada en Jacksonville, Florida, por los últimos 6 años.

“La primera cosa que hice cuando tuve mi contrato con la armada fue ir a la Jacksonville Humane Society” dice

Desde el refugio, Ambar adoptó un gato de edad avanzada con problemas médicos serios. Vivieron felices juntos durante poco más de un año, antes de que el pequeño falleciera de un ataque al corazón, pero ese gatito, encendió en el corazón de Ambar, el deseo de cuidar animales más vulnerables.

Esto incluye ofrecer su casa Foster para perros a través del proyecto Mr. Mo Project, una ONG de Nueva York, que retira animales ancianos y enfermos de los refugios (que en Nueva York terriblemente son eutanásicos en su mayoría) y los coloca en hogares de acogida por el resto de sus vidas. Las facturas médicas, la ración y medicación son ofrecidas por la ONG. La familia Foster solo está comprometida a dar su amor.

Ambar y su hija viven en Louisiana ahora (ya que finalizó su período en la armada en Florida) y con ellas están dos pequeños Foster, una ancianita con diabetes y enfermedad vestibular y otro pequeño con cáncer inoperable.

“A pesar de todo ambos son unos juguetones, tontorrones y adorables” dice

Hay además, otros tres cachorros de rescate, aparte del conejito adoptado desde la sociedad protectora de animales de Louisiana. Y por supuesto, los dos gatitos protagonistas de ésta historia, Tillie (de la Sociedad Protectora de Animales de Louisiana) y Ricki (Del Refugio Animal Jefferson Parish), los dos primeros gatitos alimentados con biberón que ella había fomentado.

“La alimentación a biberón es algo que toma mucho tiempo al persona del refugio que siempre está hasta el tope de tareas”

Ella entonces, que acaba de donar un riñón a un desconocido prácticamente, no se conformó con hacer el bien en semejante grado, que además, utiliza su tiempo para recuperar y salvar vidas… realmente es una de esas mujeres maravilla, absolutamente increíble.

A un mes de la cirugía, el receptor del riñón, Darin Tassin, está prosperando muy bien y, tal como le ha confesado a los medios locales, que “soy eternamente grato a Ambar por permitirme ver crecer a mis seis hijos y verlos casarse y que me den nietos”

Ambar espera que su historia anime a otras personas a donar sus órganos y además, que fomenten animales lo cual es una necesidad importante en el camino de los animales a un nuevo hogar.

La próxima semana ella comenzará a trabajar de nuevo, y los pequeñitos Tillie y Ricki ya están suficientemente grandes y ya no necesitan biberón, por lo que pueden ya ponerse en lista de adopción de las ONG que los tienen.

“Había días que realmente no me sentía bien y hubiera preferido quedarme en la cama, pero éstos pequeñitos me necesitaban” finaliza.

A pesar que Ambar minimiza su tarea con los gatitos, la verdad es que luego de sufrir una cirugía mayor como la que pasó para donar, ella realizó la tarea de constante atención de alimentar los pequeñitos en horario regular, lo que la “obligaba” a levantarse de la cama y moverse cada dos horas. Ese movimiento y actividad, que no es normal en una persona que pasa por una cirugía así, según los médicos, inclusive ayudó a sanar más rápidamente sus heridas.

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