El año pasado fue muy duro para el borrico Bub y su amigo ganso llamado Goose, pero ambos aprendieron que aún vale la pena vivir, mientras se tengan el uno al otro.
Con 43 años, Bub es uno de los más ancianos residentes del Rikki’s Refuge, un gran santuario para animales ubicado en una hacienda en Virginia en los Estados Unidos, que ampara 1300 animales, de 22 especies diferentes, en su mayoría descartados de granjas de cría, o abandonados por sus tutores. El llegó hace 4 años con su compañera Beebee, con quien vivían en una granja, antes que su propietario estuviera demasiado anciano para cuidar de ambos.
Bub y Beebee nunca se separaban, pero eso infelizmente cambió de repente… Beebee falleció el año pasado y Bub quedó devastado.
Con la partida de su compañera de tantos años, parecía que el viejo Bub no demoraría en entregarse a morir, su triste soledad, sin embargo, pronto acabaría a través de una insólita sorpresa.
En ese mismo tiempo que el cargaba con su corazón roto, un ganso salvaje que visitaba la hacienda con su pareja, de repente, también se encontró solo en el mundo… Goose no formaba parte del santuario, sino que lo visitaba de vez en cuando junto a su compañera y luego volvían al bosque, pero aquel día, algo sucedió y su compañera falleció de repente…
Estático al lado de su cuerpo, solo se movió de allí cuando uno de los voluntarios se acercó para saber que sucedía y cuando vio que la gansa estaba fallecida, levantó su cuerpo para enterrarlo con dignidad y Goose acompañó todo el proceso.
Cuando todo acabó, lejos de irse del lugar en búsqueda de quien sabe, otra pareja, Goose de alguna manera encontró a Bob y si de alguna forma pudieron sentir su dolor mutuo, quizás fue eso lo que los volvió amigos inseparables desde aquel mismo día.
Desde aquel momento “los dos viudos” como los conocen en el santuario, pasan sus días paseando por el santuario, lado a lado, enfrentando la vida y el dolor de la pérdida que siempre está allí, juntos.
“Nació allí una insólita amistad y ahora ellos nunca están lejos el uno del otro más que por el tiempo que demora un latido de corazón” escribió el santuario en su red social.
Y agregó un detalle que es algo realmente emocionante… “Goose inclusive limpia y acicala a Bob con su pico. Se monta encima y comienza a hacerlo todos los días”
“De verdad que estamos muy contentos de que ellos se hubieran encontrado” finalizan
Éstas uniones de animales que siquiera son de la misma especie, que siquiera se parecen, nos hacen pensar más aún que los animales sienten y son más solidarios con sus pares que muchos humanos, que ni siquiera son compasivos con el dolor de otro humano
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