10 cuerpos de pitbulls descartados fueron encontrados en los alrededores de la casa y los 5 hijos de la casa, presenciaban la tortura y el maltrato diariamente. Más información a continuación.
El americano Shane Santiago fue sentenciado a cumplir una pena de 15 años de prisión por ser el responsable de un local de pelea de perros ubicado en su casa en el estado de Pensilvania, Estados Unidos.
Su esposa, Laura Acampora, también fue condenada, no solo por estar involucrada con las peleas clandestinas de Pit bulls, sino también por permitir que sus hijos menores de edad presenciaran los malos tratos a los que los animales eran sometidos.
ALERTA DE CONTENIDO, ALGUNAS IMÁGENES PUEDEN HERIR LA SENSIBILIDAD
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Las autoridades responsables por el caso, creen que al menos 10 perros fueron asesinados y otros varios heridos durante la actividad de éstos criminales, ya que se encontraron los indicios de cuerpos enterrados de varios animales, en un terreno cerca de la propiedad de varios animales justamente de raza Pit Bull.
Además de ésto, fueron localizadas en la casa, varias herramientas (de tortura) para enseñar a los perros a morder, atacar e inclusive se encontraron esteroides, que le eran inyectados a los animales, para "inflar" su masa corporal y provocarles una mayor agresividad.
En total, 6 perros que participaban de las peleas de éstos criminales, fueron salvados por las autoridades.
Durante el juicio, Shane intentó defenderse con el objetivo de disminuir su pena, alegando que la riña de perros es algo que formaba parte de su vida, pues creció participando de éste tipo de actividad y la comparó con la práctica de la caza (que es una actividad permitida en varios estados norteamericanos).
La esposa de Shane, Laura, fue sentenciada a 23 meses de prisión por no proteger a sus 5 hijos de ser testigos presenciales de los horrors a los cuales los animales eran sometidos y los espectáculos sangrientos que se daban cada vez que había "show".
La excusa del "adulto traumatizado cuando niño" es una argucia legal que muchos maltratadores de animales ponen sobre la mesa en los juicios y esa estrategia no se sustenta en absoluto porque si vemos, nada más hace unos días, contábamos el caso de un hombre, que había presenciado violencia contra los animales en toda su infancia y juventud por parte de su padre y que él, ELIGIÓ no ser igual y NO COMETER las atrocidades que veía.
¿Cuál es la diferencia entre ese hombre y éste desgraciado? Que éste desgraciado no tenía las riñas de perro por ser un niño traumatizado, sino porque le daban dinero y porque ELIGIÓ explotar animales hasta morir para hacer dinero fácil. Los traumas infantiles aquí no tienen nada que ver, solo tiene que ver el alma podrida de las personas que se niegan a ser gente.
Celebramos el castigo ejemplarizante que han recibido éstos criminales y continuaremos luchando por penas severas al maltrato y abuso animal.
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