Una maestra de escuela primaria admitió que pensó que iba a morir después de que se quedó atrapada en el barro espeso con su amada perra en un acantilado durante dos horas el día de Año Nuevo.

Lorrayne Starr, de 49 años y su amada Oliva, estuvieron muy cerca de perder la vida sino fuera por la milagrosa aparición de un perro que estaba andando junto a su dueño cerca y llamó a los servicios de emergencia para que sean rescatadas de lo que podría haber sido una tumba de barro.

La terrible situación comenzó cuando la señora Starr decidió tomar fotos de un acantilado en Trimingham, Norfolk (UK), acompañada de su perrita Oliva de cinco años de edad.

Ambas estaban de vacaciones por las fiestas de fin de año en una cabaña con un grupo de amigos, incluyendo la pareja de Lorrayne.

En uno de los paseos, cuando quiso tomar una foto de Oliva, la infortunada perrita se resbaló por el empinado acantilado junto al mar. Fue en ese momento que guiada por su amor por la pequeña, Lorrayne la siguió, pero quedó atrapada en el fango de arcilla que había a una altura de 32 metros.

"Por primera vez en mi vida yo estaba muy asustada, pensé que íbamos a morir, fue horrible", dijo al Eastern Daily Press.

Por lo apartado de la zona y el difícil acceso, no había señal para su teléfono móvil lo que hacía más desesperante su situación que conforme pasaban los minutos, iban hundiéndose cada vez más y más en el barro, durante más de una hora, mientras pedía ayuda a gritos.

"Después de un tiempo me enfermé de tantos gritos por pedir "Ayuda"".

Cuando ya la esperanza parecía perdida, apareció un ángel de cuatro patas!. Era la cabeza de un perro que asomó sobre el acantilado y ella le dijo que fuera a buscar ayuda y como si supiera perfectamente que hacer, así lo hizo.

No pasó mucho tiempo cuando apareció la cabeza de un hombre, era el dueño del perro que las había visto. "El alivio fue abrumador", dijo Lorrayne.

Sin tiempo que perder, el hombre llamó a la Guardia Costera, él dijo que estaba dando un paseo junto a sus dos perros cuando uno oyó los gritos de "ayuda" mientras caminaban por el acantilado.

"Estaban completamente cubiertas de barro", dijo el hombre, que pidió permanecer en el anonimato.

Cuando llegaron los guardacostas, el oficial Sam Baggaley casi no pudo divisarlas porque prácticamente estaban enterradas en el lodo; por esa razón, tuvieron que llamar a un helicóptero para que uno de ellos pueda sacar a la mujer del barro apelmazado y luego llevarla a un lugar seguro por los aires utilizando un arnés. Fue una tarea difícil por lo inaccesible del lugar.

El oficial Baggaley puso a oliva en una bolsa de rescate especial para animales y la volvió a subir por el acantilado, para que su colega Christon Illife se encargue de ella hasta que pueda venir el helicóptero y rescatar a su mamá humana.

Baggaley pasó cerca de una hora al lado de Lorrayne, tratando de consolarla para que este tranquila; sin embargo, en ese tiempo se hundió unas seis o ocho pulgadas en el barro, a tal punto que perdió sus botas al salir. También temía que le pueda dar hipotermia por el intenso frío; antes, fue el cuerpo de Oliva que la mantuvo caliente.

"Fue horrible. Ella estaba muy feliz de vernos a nosotros y no dejaba de disculparse por estar en esta situación, pero yo le dije que eso es por lo que estamos aquí." dijo el joven héroe.

Juntas de nuevo

Una vez que ella fue rescatada, Lorrayne Starr fue trasladada de urgencia al hospital Norfolk y Norwich University pero felizmente no tuvo problemas mayores de salud.

"Tuve la mejor ducha de mi vida," dijo.

Los accidentes ocurren sin pensar y es recomendable siempre, llevar a sus mascotas atados con correa.

A pesar que empezaron el año con mucha adrenalina, al final tanto Lorrayne como su amada Oliva están sanas y salvas, gracias a la oportuna acción del hombre anónimo y sus perros que fueron a pedir ayuda y luego la gran acción de los guardacostas que arriesgaron sus vidas para salvarla. Enhorabuena!

Si desea conocer más ejemplares y conmovedoras historias de animales como esta puede ingresar dando clic aquí