Muchos deseamos y creemos que los perros por su nobleza y puro corazón si van al cielo, pero los residentes en un hogar de ancianos St. Paul, dicen que el cielo envió a la pequeña Nala para ellos.
El dueño de Nala, Doug Dawson, es un asistente de medicamentos en el Centro de Atención Lyngblomsten, en Minnesota. Él trae a la pequeña de 5 años a trabajar con él todos los días. Cuando llegan a la guardería, Doug y Nala se van por caminos separados, él va a trabajar con la preparación y administración de medicamentos a los pacientes mientras que Nala ofrece un tipo diferente de atención, amor y consuelo a aquellos que más lo necesitan.
"Ella es un ángel", dice Ruth de 90 años de edad, a KARE, mientras que la pequeña perrita se sube a la cama y se acurruca a su lado.
"Si la dejas suelta, ella va a escoger a una persona con la enfermedad de Alzheimer", explicó Doug. "Ella tiene una manera especial de elegir a los enfermos."
Nala también tiene una habilidad innata para percibir cuando la gente está llegando al final de su vida, ella encuentra y pasa más tiempo con aquellos que más la necesitan en sus días finales. Ella nunca ha tenido ningún entrenamiento formal como perro de terapia.
Varias personas mencionaron reciente el fallecimiento de Izez Gugisberg y la forma en que Nala se mantuvo a su lado.
"Ella había muerto a principios de la mañana, pero Nala sabía y se fue y se sentó con ella", dijo Sandy Glomski, un miembro del personal de Lyngblomsten. "Fue maravilloso y estábamos todos llorando."
Irónicamente, Doug adoptó Nala de otro hogar de ancianos donde trabajó antes de Lyngblomsten. La habían traído como un perro de terapia, pero supuestamente no resultó.
En ese momento, ella fue equivocadamente descrita como "quejumbrosa y neurótica." Doug cree que simplemente, Dala pasaba demasiado tiempo viviendo encerrada en una jaula en el hogar y no era libre para visitar a los pacientes que la necesitan. El otro hogar de ancianos simplemente le dieron la perrita a Doug.
El mismo Doug, el personal del centro de atención, y los residentes están sorprendidos por la capacidad de Nala para andar por los pisos del hogar de ancianos por su cuenta, incluso subiendo al ascensor sola entre plantas, ella sólo necesita un poco de ayuda para llegar a los botones.
"¿De dónde vino este ser pequeño ser?", pregunta retóricamente. "Ella está aquí para un fin. Ella realmente está haciendo la obra de Dios". Finalizó.