Big Yellow, una perra sin hogar de China, nunca ha recibido una formación adecuada como un perro de servicio, pero desde que nació hace dos años, ella comenzó a ayudar a su dueño minusválido para ir a trabajar cada día.

El dueño de la perrita es un hombre humilde llamado Ma, quien a la edad de seis años luchó contra la enfermedad de la polio y lamentablemente quedó incapacitado de usar sus piernas.

Durante toda su vida, el hombre no ha tenido dinero para costear una silla de ruedas y nunca ha recibido ayuda del gobierno, pero de alguna manera se las arregló para construir una silla de ruedas improvisada que utiliza para desplazarse.

El, logró casarse pero enviudó a temprana edad, nunca tuvo hijos, y por más de 40 años, su única familia han sido los perros. Es zapatero en las calles y con la ayuda incondicional de su fiel compañera Big Yellow transita los días con esfuerzo y convicción que en el amor y la unión, todo se puede.

La madre de Big Yellow estuvo con el señor Ma durante más de 15 años y falleció hace 2 años poco después del nacimiento de Big Yellow.

El buen hombre viaja un kilómetro (poco más de media milla) todos los días para ir a trabajar. Su leal amiga lo empuja con sus patas delanteras y lo acompaña siempre. La fiel perrita compañera es muy dulce y amable con todos por eso Ma no la tiene atada con correa, ella nunca ha sido un problema para nadie.

Como zapatero en las calles, el señor Ma gana muy poco dinero porque trabaja "a voluntad" (es decir la gente le da lo que considera que debe darle por su trabajo) para sus vecinos y muchos días, él y su perra pasan hambre.

Para el almuerzo, el zapatero come pedazos de pan y unas amables vecinas del lugar donde el acostumbra parar para prestar su servicio de zapatero (propietarias de un restaurante) traen trozos de carne para alimentar a Big Yellow.

La historia de este humilde hombre y su amada perra se volvió viral, conmoviendo a miles de personas que han ido en su ayuda y criticaron al gobierno chino por no haber apoyado a Ma en todos estos años.

Gracias a que la historia de éste buen hombre cayó en las redes sociales, las personas se indignaron con tanta indiferencia y se generó la presión pública suficiente para lograr un cambio, el gobierno respondió y proporcionó a Ma con tres sillas de ruedas, un televisor de pantalla plana, un microondas, una máquina lavadora y una cocina eléctrica portátil. El gobierno también ha prometido dar Ma una renta subsidiada, algo que debería haber estado recibiendo hace 20 años.

El señor Ma, quería que su amada perra sea adoptada por una de los propietarias del restaurante para que pudiera tener una vida mejor, pero la fiel compañera demostró que había nacido para ser un miembro de su familia y nada más la primera noche que estuvo en la casa de la mujer, no paró de llorar y rascar las puertas para salir y volver con Ma... "Un perro nunca reniega de la pobreza de su dueño", dice un viejo refrán chino y Big Yellow ha demostrado que es totalmente verdad.