Los animales urbanos y su adaptación para vivir en la ciudad


La ciudad está llena de animales. Diferentes especies que han modificado su conducta para adaptarse a vivir en ella. Desde lo que consumen, cómo se adaptan los animales urbanos, qué estrategias sorprendentes utilizan y sus problemas asociados, como la pérdida de biodiversidad o las especies invasoras.

Los científicos han descubierto diversas estrategias o cambios de comportamiento de los animales para adaptarse a la vida en ciudad, algunas de ellas sorprendentes: 
  • Perder el miedo a los humanos: el caso más conocido es de las palomas. Experimentos realizados demuestran que el crecimiento de las palomas urbanas se debe, sobre todo, a la gran cantidad de comida directa o indirectamente generada por las actividades humanas. Por ello, además de haber perdido el miedo, han aprendido incluso a reconocer a las personas que les dan de comer de forma regular. Las urracas también son capaces de este tipo de aprendizaje. Y como casos curiosos, los gorriones que vuelan sobre sensores que abren las puertas de los supermercados para abrirlas y robar comida, o las cornejas en Japón, que han aprendido a tirar nueces por donde pasan coches para que les ayuden a romperlas. 
  • Acortar la distancia de huida: es la estrategia del mirlo, que realiza así sus actividades sin que le perturben los humanos. Cambiar el horario de actividad: es el caso de animales como el coyote o el oso negro, para evitar el contacto con humanos. 
  • Aumentar la frecuencia y duración del canto de las aves: se cree que sirve para transmitir mejor el canto cuando hay ruido. 
  • Incorporar a su dieta nuevas fuentes de alimento asociadas a la actividad humana, como frutos de árboles ornamentales o basura: al disponer de comida en abundancia, en muchas ocasiones estas especies se vuelven más sedentarias. Como las ciudades ofrecen recursos abundantes poco utilizados, y suelen contener menos depredadores especialistas, se produce el riesgo de que se conviertan en plagas urbanas. 
  • Aprovechar la contaminación lumínica: los murciélagos y algunos pájaros se han especializado en comer los insectos acumulados bajo las luces por las noches. En otros casos, se ha observado pájaros que cantan a destiempo por culpa de la luz artificial.

Pérdida de biodiversidad y especies invasoras 





Los científicos desconocen el número exacto de especies que viven en ciudades, aunque para algunas, como las aves, hay censos en distintas regiones del planeta. En un estudio reciente, se encontraron 218 especies de aves que frecuentan entornos urbanos, aunque la cifra podría ser muy superior porque sólo analizó algunas urbes. 

A pesar de que muchas especies pueden vivir en ciudades, en general la mayoría de especies toleran mal los hábitats muy urbanizados. El resultado es una pérdida de biodiversidad, aunque también depende del tipo de urbanización. 

Otro problema asociado a la urbanización es el de las especies invasoras, cuya proporción suele ser mayor en hábitats perturbados. Las ciudades ofrecen oportunidades no explotadas por especies nativas, y son además su vía principal de entrada, como el comercio de especies exóticas. Los impactos sociales y económicos de estas especies pueden ser considerables.

Vía 20minutos.es



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