[CONMOVEDOR] El último deseo de un hombre moribundo, decir adiós a su mejor amigo...


Este señor de 57 años, diagnosticado con cáncer fulminante, no quería irse de éste mundo hasta no cumplir su último deseo



Kevin claramente aún no había utilizado toda su suerte hasta que le asignaron una enfermera que no vio su trabajo como algo más que hacer y recibir un salario por ello, sino una profesional de la salud con un sentimiento de humanidad que fue por encima inclusive de su propio empleo… ella había oído varias veces a Kevin hablar sobre su perro Yurta y el enorme amor que éste hombre sentía por aquel can y su ferviente deseo de verlo por última vez.

Como por obra del destino, ésta enfermera también es voluntaria en un abrigo de animales. Por increíble que parezca, ella sabe perfectamente quien es Yurta, porque cuando Kevin debió ser internado, servicios de control animal, llevaron al pequeño al refugio justamente donde ella era voluntaria.


La enfermera sin pensarlo dos veces, sabiendo que el hospital tardaría el tiempo que Kevin no tenía en hacer correr la burocracia para permitir entrar a Yurta en el cuarto de Kevin, arriesgó su empleo y dijo “yo se lo llevaré”

Luego de tanto tiempo separados y de la soledad tanto de Kevin en la cama de un hospital, como la de Yurta en el refugio, la alegría del reencuentro fue algo indescriptible. Yurta sintió como su amado amigo estaba débil y se acurrucó suavemente sobre su pecho.


Yurta lamió con cariño el rostro de su amado humano muchas veces. Ambos sabían que sería la última vez que se verían en ésta vida. El no salió de su lado ni un solo segundo y fue así que los dos pasaron sus últimos días juntos. 



Kevin perdió la lucha contra el cáncer, pero los directores del Hospital, sabiendo y viendo el tamaño del amor que había en aquella habitación, fueron incapaces de sancionar a la enfermera y mucho menos, de retirar a Yurta, por lo que lo dejaron estar hasta que Kevin dijera adiós.



Luego de la muerte de Kevin, Yurta estuvo solo y era incierto lo que sucedería con él. Sin su humano, el tuvo que encarar la vida en el refugio local. Pero la historia aún no había terminado. Yurta, que acompañó a su dueño hasta sus últimos momentos, fue recompensado.

Apenas la historia se publicó en Internet, una familia llamó al refugio con el interés de adoptar para siempre a Yurta y allí, comenzó una nueva vida para él, guardando en su pequeño gran corazón el recuerdo de su amado Kevin, pero con una nueva familia y un hogar.


La perrita, Yurta (Yurtie) está adoptada en nuevo hogar. “Ella está llena de vitalidad y sólo trae mucho amor y energía dentro de casa”, dice la nueva dueña del perro, Kate. Se está acostumbrando a su nuevo hogar, arropada por Kate y Eric de Marion, sus adoptantes.



Es tan bueno conocer éste tipo de historias, donde sentimos atravesar la pantalla tanto amor, tanta fidelidad hasta el último minuto y en las consecuencias más adversas de nuestros mejores amigos en el mundo.

Muchos de nosotros nos lamentamos por muchas cosas alguna de ellas por la soledad, por el desamor, por la decepción del mismo ser humano y dejamos de lado a quienes nos darían la solución a todo eso y mas a nuestras vidas. Nuestros hermanos menores viven para nosotros para ser nuestro mejor amigo para siempre por esa razón no olvidemos que siempre esta esperándote cuando lo veas por la calle, en el frío en un zoonosis. Adopta y date la oportunidad de ser feliz y salvar una vida.

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