Esta Tortuga sufrió lo realmente indescriptible, en sus más de 90 años en éste planeta, la ancianidad la deparó con una agresión brutal que pudo matarla, pero ella lucharía por su vida.
Tuttle (como fue bautizada), ha estado caminando éste planeta más tiempo que la mayoría de los que leerán ésta noticia. Ella tiene más de 90 años de vida y nunca antes había experimentado tal crueldad humana atentando contra su vida, y tampoco tanta caridad humana para salvar su vida a toda costa.
Tuttle fue descubierta el pasado otoño, caminando y buscando alimento en las afueras de la casa de Paul y Diane Tuttle, en Illinois, Estados Unidos, quienes le otorgaron el nombre que ella hoy tiene. Era más que evidente que había sido víctima de una persona enferma, porque había clavado un destornillador en su cuerpo, el que todavía cargaba incrustado en su caparazón y que por el lugar de la “puñalada” tenía toda la intención de romper su espina y matarla.
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Y también había sido apuñalada en su cabeza, tal como se supo al llegar con ella al veterinario, algo realmente dantesco y criminal.
Los Tuttle no tienen idea como ella logró salvar su vida, porque una tortuga no tiene tanta velocidad de escapar de su maltratador, o éste simplemente la agredió para verla así y morir de a poco y quizás ella se quedó quieta y él pensó que había muerto y la descartó fuera. No lo saben, pero todo lo que se imaginan es lo menos repulsivo.
A pesar de estas horripilantes lesiones que padecía, Tuttle se negó a darse por vencida. Sorprendentemente parecía inclusive entender cuando la familia Tuttle vino en su ayuda.
“Nunca perdió la calma con nosotros. Ella estuvo siempre tranquila” dijo Paul.
Tuttle fue llevada a la clínica veterinaria All Pets Vet Clinic en Peoria, que era el lugar donde un especialista podía revisarla, ya que es un animal poco común para otros veterinarios.
Ciega de un ojo, con una fractura en el cráneo, heridas internas y… el destornillador espetado en su caparazón atravesando hasta su delicado cuerpo. Una imagen terrible y un camino a la recuperación bastante largo por delante, pero Tuttle ahora sabía que no lo enfrentaría sola.
La clínica se contactó con un herpetólogo (profesional que se encarga del estudio de los anfibios y reptiles) de Peoria, Douglas Holmes. El se ofreció para mantener a Tuttle en su casa donde podía supervisarla todo el tiempo y tener un ojo siempre sobre su situación, además de darle un hogar tibio mientras se recuperaba, sobre todo con el inminente advenimiento del invierno.
Tuttle recibió entonces un hogar donde recuperarse de tato maltrato y abuso, esperando poder volver a casa, a su medio ambiente algún día.
Y nueve meses después de ser rescatada, llegó en día de que Tuttle emprendiera de nuevo su viaje hacia la vida en libertad, en su ambiente.
Y fue el fin de semana pasado que Holmes tomó a la anciana abuela Tuttle y la llevó a una zona pantanosa distante (y no revelada a la prensa por obvios motivos), y la dejó en libertad. Dijo que “todo el esfuerzo de éstos meses, para mí se resumió en ese momento que ella caminó en su casa, en libertad, saludable y a vivir”
Y agregó “los animales merecen esa oportunidad. Es un sentimiento absoluto el cuidar de un animal salvaje, pero más aún lo es, cuando logras regresarlos a su medio ambiente”
Por desgracia, la persona asesina que atentó contra la vida de Tuttle nunca fue atrapada y probablemente jamás se sepa siquiera su nombre, pero al menos sabemos de las buenas personas que ayudaron a arreglar las cosas que un sinvergüenza intentó romper, y que esas personas, apenas un dedo del pie de esas personas, vale mucho más que toda la humanidad del maltratador.
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