“No hay paredes en el océano” eso es lo que una ballena beluga cautiva le dice a un tiburón, también cautivo en uno de los diálogos más contundentes de la nueva película #BuscandoADory

La escena entre la beluga y el tiburón, se desarrolla en un Instituto de Vida Marina ficticio, en donde los animales permanecen cautivos en gran parte de la nueva película de Disney Pixar “Buscando a Dory”

Esa secuela tan esperada por los niños del mundo, de la popular película “Buscando a Nemo” trae el tan esperado y necesario mensaje para las nuevas generaciones del Mundo: LOS ANIMALES QUIEREN SU LIBERTAD.

Los realizadores de Buscando a Dory tenían el guión preparado hacía ya un tiempo, pero todo el proyecto debió ser cambiado luego de que el documental Black Fish saliera a la luz, dejando expuesta la terrible realidad que SUFREN los animales en los “centros de entretenimiento” por tantos años publicitados como hermosos lugares donde todos son felices… ahora sabemos que los animales de hecho allí jamás lo fueron.

El resultado de la reestructura de éste proyecto, lo convirtió EN BUENA HORA en una declaración contundente en contra del cautiverio de especies. La película es tan encantadora y entretenida, que genera, sin siquiera ser percibido por la audiencia, el sentimiento de compasión acerca de los animales capturados y explotados por la industria del entretenimiento.

La historia de Dory es la de una pequeña “pez cirujano” (Paracanthurus su nombre científico) que pierde su memoria en el corto plazo y que es separada de su familia a una edad muy temprana. No puede recordar ni de dónde viene, ni porqué está sola. El tiempo pasa, Dolly crece y a lo largo de toda la película va encontrando su camino.

En todo el film, Dory hace amigos: Marilin y su hijo Nemo, a quien Dory ayudó a localizar cuando se perdió de su familia en “Buscando a Nemo”. Un día, Dory tiene un flashback que desencadena un vago recuerdo de sus padres y sus orígenes. Como resultado, ella siente la necesidad que la consume de encontrar su verdadera familia.

Marlin y Nemo se unen a Dory en un paseo lleno de aventuras a través del océano con un grupo de tortugas marinas de California, desde donde Dory está convencida que su familia está.

Al poco se encuentran en una bahía contaminada, llena de basura y escombros. De repente ella se enreda en un anillo plástico de residuos que había sido arrojado por personas que no respetan el medio ambiente. Es allí donde, con el anillo atascado en su cuello, fue sacada fuera del agua para “rescatarla” y de repente se vio en un estanque de un Instituto de vida Marina, sola y aislada en un tanque donde ponen en cuarentena los animales salvajes que llegan recién rescatados.

En ese lugar ella pasa muchas aventuras y allí puede verse desfilar en cada escena cada parte de la “industria” del entretenimiento que utiliza animales y ella conoce otros animales con sus propias ansiedades por el cautiverio. Uno de esos amigos es Hank, un pulpo cautivo muy inteligente pero con crisis de ansiedad, que de tanto estrés le ha tomado miedo a la vida en libertad.

Al principio de la película Hank solo quiere quedarse “seguro” en su estanque y no saber nada de la vida en el mar, pero al conocer a Dory el entiende la importancia de la libertad y la amistad.

Otro personaje del acuario, una ballena Beluga llamada Bailey, que también ha pasado mucho tiempo en cautiverio, también le tiene miedo a la vida en mar abierto, hasta que vuelve a descubrir sus enormes poderes de geolocalización que le dan la seguridad que el cautiverio le había quitado.

Y otro personaje, un tiburón ballena llamado Destino, se siente inseguro sobre sus habilidades para nadar ya que pasa todo el día chocando su cabeza contra las paredes de concreto del acuario, hasta que una frase contundente se da entre ambos…

NO HAY PAREDES EN EL OCÉANO…

Estos personajes resultan esenciales para los esfuerzos de Dory para reunirse con su familia y aprender algo acerca de sus propios miedos y lo malo del cautiverio de animales.

Un momento en donde las personas que vean la película podrán entender lo que viven los animales, es el momento en que Hank y Dory caen en una piscina de poca profundidad en el área de “exposición” del acuario, la “zona de niños”, donde son literalmente aterrorizados por decenas de manos que se agolpan queriendo tocarlos y manipularlos.

“Es demasiado peligroso para movernos” dice Hank a Dory mientras se esconde bajo una roca

Y Dory le responde “Se que tienes miedo pero no podemos renunciar”

La película muestra claramente el miedo y el daño que la cautividad le provoca a los animales, desde la persepectiva de los animales (que es al final la que debería interesar), pero se abstiene de hacer denuncias públicas o ridicularizar los institutos de vida marina o a su socio, el acuario de Cleveland, donde muchos peses “rescatados” acaban siendo prisioneros de por vida y explotados allí, lugares que de conservación no tienen nada. Pero aunque no lo digan abiertamente, el mensaje de la película es claro, los villanos son ellos.

MIRA AQUÍ EL TRAILER DE LA PELÍCULA EN ESPAÑOL

Esta película viene como un aliento fresco a reforzar la contundente Black Fish, que fue un documental fuerte más bien orientado a público adulto (porque las escenas son fuertes) y a unir voces en contra del cautiverio de animales, para generar desde los niños, el rechazo por el cautiverio de animales de forma taxativa.

Toda la generación de niños que crece con éste tipo de películas, como Buscando a Dory, de hecho van a cambiar la forma en que en el futuro pensarán al respecto de los animales y el respeto que se les merece, porque en su inconsciente siempre quedará el recuerdo del padecimiento de Dory por su cautiverio, tanto como a los de otras generaciones nos marcó Bambi, o el Rey León.

Como Dory le dice a Hank cuando las cosas se ponen muy difíciles “NO PODEMOS RENUNCIAR” y no lo haremos, hasta que las jaulas y los estanques estén vacíos y los animales LIBRES.

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