Lily tuvo el peor de los inicios en su vida, pero el destino le guardaba un ángel que aparecería en el momento justo para ella. Conoce su historia aquí.

Lily, es un canguro arborícora (lt. Dendrolagus), fue encontrada sentada sola, a un lado de la carretera en un parque nacional australiano. Ella estaba ciega y su madre no estaba por ninguna parte, los visitantes en el parque paseaban con sus perros sueltos por el lugar y el peligro de acabar siendo atacada en semejante condición, era inminente.

No son muy buenas las noticias que últimamente nos llegan al respecto de los animales en Australia, sin ir más lejos, hace un par de días atrás dábamos la terrible noticia de que el gobierno pretendía asesinar 1,900 canguros, con sendas excusas de superpoblación y cuidado del medio ambiente y revelamos que el fin, es el fomento del consumo de su carne.

Pero en ésta ocasión, nos encontramos con un australiano, más específicamente una mujer australiana, con un corazón enorme.

Uno de los tantos perros que circundaban el lugar llegó a atacarla y solo salvó su vida porque la Dra. Karen Coombes, directora de Tree Roo Rescue and Conservation Centre, de Queensland se introdujo entre el perro y Lily para quitársela de la boca y salvarla.

“Ella se agarró de mi y el perro intentó morderme mientras yo buscaba que ninguno de los 3 nos lastimáramos”

A raíz del ataque que se produjo en Noviembre de 2013, Lily sumó a su ceguera, un tobillo fracturado y dislocado, el pie de su otra pata había sido mordido también y llegó a estar muy hinchada por una infección.

MIRA AQUÍ EL MOMENTO EN QUE LILY LLEGABA AL REFUGIO

“Lily tenía 6 meses de tratamiento por delante para la infección del hueso en su pie y tuvo que ir al veterinario cada semana” dice Karen

Como resultado del trauma que experimentó, perder a su madre, estar ciega, ser atacada por algo que ni siquiera sabía que era, ni podía escapar, Lily guardó terror en su corazón por el mundo que la rodeaba… lo poco que había conocido fue tan hostil hasta ese momento, que es normal el miedo que sentía.

Se necesitó mucho tiempo para que ella volviera a ganar confianza y lo logró dentro de Tree Roo Rescue, que supo desde el momento del rescate, que allí sería su hogar para siempre, porque con su ceguera, aunque sus patas sanaran, ella no podría vivir en libertad y soledad en el bosque.

La rehabilitación de Lily comenzó haciendo que ella se sintiera cómoda para comer sola. Al principio, Karen tenía que darle en la boca, pedacitos de comida para que fuera intentando masticarlos y dándole de beber biberón de agua. Poco a poco, ella fue ganando apetito nuevamente y voluntad para comer por si misma.

Dado que Lily tenía un pie infectado en tratamiento, eso limitaba sus movimientos y tuvo que pasar bastante tiempo “a upa” de los voluntarios del refugio y de Karen.

Ella aprendió poco a poco a confiar nuevamente, y aprendió también a pedir caricias cuando las deseaba.

Una vez que Lily procesó que aquel lugar, era realmente un lugar seguro donde estaba a salvo de cualquier daño desconocido, ella se sintió en la confianza de explorar el lugar casi normalmente como otro animal con la vista saludable, colocando el hocico sobre la grama y siguiendo los olores de la naturaleza.

Y llegó el día que ella fue capaz de pasar largos ratos sola jugando en la grama y por todo el refugio, sin miedo!

MIRA A LILY EL DÍA DE HOY!

En el área donde el refugio se encuentra, hay comunidades de canguros arborícolas también, que frecuentan el Tree Roo Rescue a diario por alimentos que Karen deja a disposición y Lily adora jugar con ellos, a pesar que ellos solo “vengan a su casa" y luego se vayan y ella se quede, ella disfruta cada minuto. Además, Karen tiene otros "refugiados" de la especie de Lily como internos cuidando de ellos de forma permanente.

El tiempo pasó y Lily pasó de ser una pequeña bebé, a una señorita con una vida hermosa. Ella pasa su día jugando con otros canguros como ella y en la noche, regresa a la casa buscando su cama para descansar.

Se ha adaptado a utilizar sus sentidos restantes para ubicarse en el ambiente, saber la distancia de los objetos y de sus amigos, a veces parece que la vista no le hiciera falta en verdad.

Casi tres años han pasado desde el rescate de Lily y ella, con la ayuda de personas de buen corazón que no vieron solo un animal sin posibilidades en una carretera, sino que vieron el brillo del futuro que ella podía tener, hoy celebra todo el camino andado.

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