Los animales sufren, sienten y tienen necesidades de afecto. Cuando sufren pérdidas, también encuentran maneras de superar el dolor y la ausencia que estas pérdidas les causan. Mira esta fotografía y date cuenta porqué debemos ser más animales como ellos!
Esta imagen de un Ualabi sosteniendo un oso de peluche se ha convertido en viral a través de Internet, pero no solo importa la imagen, sino el trasfondo de la misma, es igual de importante.
Los ualabíes son marsupiales propios de Australia y de la isla de Nueva Guinea. Sus dimensiones son de unos 1,2 m de longitud, y su peso ronda entre 1 kg (ualabí rupestre) a 42 kg. Por tanto no son lo suficientemente grandes para ser considerados un canguro. Hay aproximadamente treinta especies denominadas ualabíes.
Este amiguito llamado Doodlebug está bajo los cuidados de Gillian Abbott una protectora de fauna silvestre en Launceston, Tasmania.
El responsable por el posteo de la foto en Internet ha sido su hijo, Tim Beshara.
Una vez viralizada, por la ternura y dolor que a la vez muestra esta desgarradora escena, Tim cuenta que “Doodlebug es huérfano y que aparentemente se ha aferrado a su oso de peluche para convertirlo en un buen compañero para él y ayudarse a sobrellevar el sentimiento que le provoca ya no tener su familia, demostrando el valor de un buen abrazo”
Imágenes como esta deberían provocar en las personas que aún no creen que los animales sean seres que sienten y sufren un cambio de paradigma. Estas actitudes que nuestros hermanos menores tienen no son ensayadas, no son previstas, son espontáneas de su naturaleza emocional y nos demuestran que ellos como nosotros, sufrimos casi por las mismas cosas.
Debemos comprometernos y luchar por que sean respetados los derechos a la vida, el bienestar y la libertad de todos los animales silvestres en el mundo.
Doodlebug es un Ualabí huérfano, pero a pesar de esta tristeza, es un Ualabí en libertad y no condenado a un circo para hacer malabares y entretener los humanos que pagan una entrada para divertirse un par de horas, mientras los animales pagan con toda su vida en una jaula por ello.